Bankia salió a Bolsa en julio de 2011 con unas cuentas que no reflejaban "la imagen fiel" de su balance. Ésta es la principal conclusión del informe que dos peritos procedentes del Banco de España le han entregado al instructor del caso Bankia, Fernando Andreu. Los expertos denuncian que tanto en las cuentas de 2010 como las de 2011 había "errores contables" y responsabilizan directamente a la entidad y a sus auditores, Deloitte, de no haber reflejado fielmente el estado de su balance.
De acuerdo a este documento, en las cuentas elaboradas por el equipo de Rato, "la información analizada pone de relieve la pésima calidad del seguimiento del riesgo de crédito, pues buena parte de los expedientes carecían de estados financieros de los acreditados y de información actualizada sobre las garantías".
Incluso, los peritos incluyen un apunte al nuevo equipo gestor de José Ignacio Goirigolzarri. Éste presentó unas cuentas revisadas, con importantes ajustes, el 28 de mayo de 2012, tres semanas después de llegar a la entidad. Los expertos del Banco de España creen que en alguno de estos ajustes también se pudieron cometer algunos errores. Hay que recordar que las primeras cuentas de Rato presentaban unos beneficios de 309 millones de euros, mientras que en las reformuladas por el equipo de Goirigolzarri, se registraban unas pérdidas de 2.979 millones.
Los peritos creen que las cuentas de Bankia reformuladas el 28 de mayo de 2012 deberían haber contabilizado pérdidas adicionales de 1.192 millones de euros si se aplicara una correcta clasificación contable de activos inmobiliarios. Eso sí, desde la entidad se recuerda que estas pérdidas adicionales de 1.192 millones de euros sí fueron reconocidas por el nuevo equipo gestor, aunque en los resultados del ejercicio posterior, en 2012.
Hay que apuntar que no puede decirse que estos dos peritos hayan actuado en nombre del Banco de España. En este sentido, el organismo supervisor ha recordado que los inspectores del organismo designados para llevar a cabo esta función pericial actúan con independencia. Añaden que dichos peritos actúan bajo las órdenes exclusivas del juez instructor del caso "sin que la condición de empleados del Banco implique relación alguna con este último en el marco de esta tarea pericial". Para concluir, el BdE aclara que ni los peritos pueden recabar del organismo instrucciones para realizar ese trabajo ni el Banco puede influir en ellos a tal efecto. Por ello, consideran "improcedente imputar al BdE sus criterios o el contenido de sus informes".
Además, en un comunicado oficial hecho público esta misma tarde, Bankia asegura que va a proceder "al análisis del mencionado dictamen. En todo caso, estando las diligencias en fase de instrucción, tras el análisis del mismo, la entidad efectuará las alegaciones y propondrá las pruebas que a su derecho y mejor defensa convengan".
La salida a Bolsa
El informe contiene una fuerte crítica a los gestores de la entidad nacionalizada desde diciembre de 2010, cuando se formó, hasta mayo de 2012, cuando se produjo la intervención de Bankia. Hay numerosas críticas a la contabilidad presentada, y éstas son especialmente duras en lo que hace referencia a las cifras aplicadas a la cartera inmobiliaria en poder de Bancaja y del Banco de Valencia (una filial de aquella).
En el caso del Banco de Valencia, el informe asegurra que a cierre de 2010 ya no expresaban la imagen fiel de la entidad, que durante años había declarado beneficios recurrentes y siguió haciéndolo hasta mediados de 2011. El Banco de Valencia se integraba en Bancaja, una de las fundadoras de BFA-Bankia, desde hacía 16 años por lo que "su deterioro tenía que ser conocido necesariamente por los miembros del consejo de administración de BFA y Bankia originarios de Bancaja", añaden los peritos.
En lo que hace referencia a Bancaja, los peritos reprochan a la entidad que no aflorase las pérdidas de su cartera inmobiliaria. En este sentido, destacan que en el acta del Consejo de Administración de Bankia del 12 de diciembre, la cartera de activos adjudicados y sociedades participadas incluía numerosas sociedades con promotores, de los que "el 80% son insolventes". En el acta se refleja que aunque el origen es diverso, "el 51% proviene de Bancaja, con un riesgo alto, un 20% de Caja Madrid con un riesgo bajo y el 29% del resto de las cajas con un riesgo medio". En su opinión, esto demuestra que "la afloración de una situación de deterioro de la solvencia en las sociedades participadas, en particular las que procedían de Bancaja, que hasta ahora no se había puesto de manifiesto".
Además, es muy relevante la afirmación de los peritos de que en el Folleto Informativo de Oferta Pública de la salida a Bolsa de la entidad se ofreció información inexacta, puesto que se reflejaban unos beneficios de 529 millones en 2010 que deberían haber sido unas pérdidas de 62 millones tras los ajustes por la situación del Banco de Valencia. En la misma línea, el Estado Consolidado correspondiente a marzo de 2011, incluido en la Oferta Pública de Suscripción, también debería haber reflejado un ajuste adicional de 929 millones, lo que habría supuesto que los beneficios de 64 millones de marzo de 2011 se convirtieran en unas pérdidas de 864 millones.
Los dos pos peritos independientes advierten al juez Andreu de que el precio del debut bursátil de Bankia "no fue un modelo de concurrencia, pues se realizó en base a las ofertas de 29 grupos económicos, algunos incluso con relaciones de dependencia respecto a BFA", la cabecera del grupo. Además, se han detectado "compras inexplicables" llevadas a cabo por clientes con préstamos refinanciados y con retrasos en el pago de sus cuotas, así como ventas "inmediatas" tras la salida a bolsa de Bankia, que ponen en duda el interés real de algunos inversores.
Las cuentas de 2010 y 2011
En lo que hace referencia a las cuentas de 2010, los peritos creen que habría que haber hecho un ajuste adicional de 4.628 millones, lo que habría reducido el exceso de Recursos Propios de 7.835 a 3.206 millones de euros.
Por otro lado, en el caso concreto de BFA, los peritos cuestionan que no se saneara la participación en Bankia, que en la reformulación de las cuentas generó un ajuste de 5.189 millones, ni se dieron de baja los activos fiscales. Todo ello debió registrarse en la fecha de los primeros estados después de la salida a bolsa, añaden.
En cuanto a las primeras cuentas de Bankia de 2011, su opinión es que no cumplen la normativa del Banco de España "debido a la existencia de errores contables", ya que debería haberse reducido los recursos propios computables y el patrimonio neto en los citados estados por importe de 781,9 millones de euros, reduciéndose la cuenta de pérdidas y ganancias por la exposición del grupo al sector inmobiliario. También debía haberse anotado pérdidas de 1.301,30 millones por la revisión de carteras y del riesgo al sector promotor e inmobiliario.
El ajuste por estos conceptos suma 2.083,20 millones de euros y haría que el grupo realmente perdiera 1.830 millones de euros frente a los 252,87 millones de beneficio que Bankia declaró antes de la marcha de Rato, concluye el informe. Pero además, los peritos concluyen que BFA tampoco formuló bien sus cuentas y debió realizar ajustes por 6.869,81 millones de euros, con lo que se anotaría unas "pérdidas muy significativas" de 4.570 millones de euros, frente a los 30 declarados.
Las cuentas reformuladas
Los peritos también analizaron las cuentas reformuladas que José Ignacio Goirigolzarri presentó en mayo de 2012, unos días después de llegar a la presidencia de la entidad intervenida y que incluían importantes correcciones respecto a las ofrecidas por la dirección cesante. En su opinión, algunos de los ajustes que realizó el nuevo equipo gestor y que publicó en su primera comunicación oficial también fueron incorrectos.
La principal crítica tiene que ver con la reformulación de ciertas carteras de crédito promotor. El equipo de Goirigolzarri las calificó de "riesgo subestándar" y provisionó la cantidad correspondiente a dicho estado. Pero los peritos creen que debió haberse mandado directamente a "crédito moroso", lo que habría implicado un incremento en las provisiones de unos 1.192 millones de euros.
Por otro lado, los peritos creen que es "incorrecto el ajuste de los activos fiscales de BFA, 2.744 millones" (que se redujeron en su integridad, quizás en un exceso de prudencia por parte del nuevo equipo) por cuanto "la posibilidad de obtener ganancias fiscales futuras es muy elevada".
Tampoco están de acuerdo con algunos de los deterioros contabilizados, en concreto los referidos a saneamientos por 20.807 millones descontados 3.100 millones atribuibles al traspaso de activos al banco malo, Sareb. A juicio de los peritos, "es evidente que parte de estos deterioros eran anteriores a 2012", año en el que el nuevo equipo de Bankia reformuló las cuentas del ejercicio previo.
En este sentido, desde la entidad se apunta a que todas las correcciones de valor detectadas por los peritos fueron reconocidas por el nuevo equipo gestor, aunque algunas fueran imputadas como pérdidas al ejercicio 2012. En opinión de los autores del informe conocido este jueves, se tenían que haber incluido en las cuentas del año anterior.
Los auditores
El informe también supone un importante varapalo para los auditores dela entidad, Deloitte y Francisco Celma, que validaron las cuentas sin incluir "ninguna salvedad". Los peritos apuntan que "la situación financiera consolidada y los resultados consolidados no se adecúan a las citadas normas" del Banco de España, algo que tenía que haber sido alertado por los auditores.