En febrero de este año saltaba la noticia que llevaba meses circulando por los círculos financieros madrileños. Bestinver, la exitosa gestora con filosofía value perteneciente al grupo Acciona, se ponía a la venta.
El principal motivo para tomar esta decisión era la agobiante situación financiera por la que atravesaba Acciona. El elevado nivel de endeudamiento del grupo, sumado al pinchazo de las renovables y el brusco recorte en las primas verdes provocó un peligroso deterioro en la cuenta de resultados de Acciona.
La venta de Bestinver se planteó desde un primer momento como un simple cambio de dueño. Los gestores, aliados con un tercero, comprarían la compañía a Acciona en una operación que se conoce como management buyout. Acciona esperaba como mínimo ingresar 600 millones de euros por la venta de la gestora, que en esos momentos contaba con 10.000 millones de activos bajo gestión.
Bestinver, como es lógico, aseguraba que sus tres gestores estrella, Francisco García Paramés, Álvaro Guzmán y Fernando Bernad, seguirían al mando de la gestión de los fondos. Como era de esperar, rápidamente surgieron multitud de novias para comprar la gestora. De todas ellas, la oferta más seria y analizada fue la presentada por la firma de capital riesgo TA Associates, por un precio que rondaba los 800 millones de euros.
Tensión entre Acciona y Paramés
En el proceso de venta, los roces entre Entrecanales y Paramés comenzaron a hacer mella en una cordial relación fraguada durante más de veinte años. Los Entrecanales se dieron cuenta del enorme poder de negociación que tenía Paramés y lo excesivamente dependiente que era Bestinver de los gestores, especialmente de su director de inversiones.
Más de una vez se ha escuchado a conocedores de la gestión de activos la expresión "Bestinver es Paco". Enfrentarse a esta realidad debió de pillar por sorpresa a los Entrecanales y, lejos de intentar cerrar la venta con una oferta que trajo Paramés por cerca de 600 millones de euros, optaron por tomar las riendas de la venta en paralelo y buscar un precio superior de alguien de su elección.
La negativa de los Entrecanales a aceptar la oferta presentada por Paramés no hizo sino empeorar la situación entre Acciona y este último. Los Entrecanales, en una decisión que deberían haber pensado mejor, optaron por la peor de las decisiones: echarle un pulso a Paramés y no vender la gestora.
Se cancela la venta
La notable mejora de la situación económica de España permitió que la prima de riesgo se redujese drásticamente. Esto hecho, junto con la venta al fondo de capital riesgo KKR del 33% de sus instalaciones de renovables por 417 millones de euros, supuso un alivio financiero para Acciona. La familia Entrecanales optó, entonces, por paralizar la venta de Bestinver.
La llegada de un nuevo presidente, Luis Rivera, hacía saltar las alarmas de que las cosas en la madrileña calle Juan de Mena no marchaban como se esperaba. El mandato con el que aterrizó Rivera era claro: reducir la dependencia de la gestora del equipo gestor y aumentar los activos bajo gestión.
Paramés, el responsable del éxito de Bestinver, veía cómo la familia que en su día le dio una oportunidad cuando tenía todo por demostrar le quitaba esa confianza depositada en él durante casi 25 años. El peor desenlace para Acciona, Paramés y los partícipes, finalmente, y contra todo pronóstico se hizo realidad: Paramés anunciaba su salida.
Sale Paramés, entra Beltrán de la Lastra
Paramés entregó su hoja de renuncia un viernes por la tarde. Ese mismo lunes habían despedido al director comercial, Beltrán Parages, por, supuestamente, estar excesivamente alineado con el equipo gestor. Al día siguiente, el abrupto anuncio de salida de Paramés, vía comunicado unilateral a la Agencia EFE, sorprendió a toda la industria de gestión de activos en España y provocó una estampida en los fondos como no se había visto en mucho tiempo.
Más de 1.000 millones de euros en traspasos en una semana hicieron que las principales posiciones de los fondos sufrieran mucha volatilidad durante esas jornadas. Algunos de los valores en los que estaban invertidos los fondos sufrieron caídas diarias del 4-7%. Similar suerte corrieron las acciones de la propia Acciona, que el primer día que se anunció la noticia cayeron un 6%.
El mismo día que Paramés anunció su salida, Bestinver comunicó que un gestor de JPMorgan desconocido para el gran público, Beltán de la Lastra, se haría con las riendas de la gestora. Pocas semanas después de su llegada, Lastra anunció el fichaje de Ricardo Cañete, de Mutuactivos, como gestor de la cartera ibérica. Sin duda se trata de grandes profesionales, pero ninguno de ellos goza del prestigio y track-record que sí tienen Paramés, Guzmán y Bernad.
Destrucción de valor
En apenas unos meses, Acciona ha visto cómo el valor de Bestinver pasaba de los 600-800 millones que ofrecían algunos compradores interesados a apenas unos 150 millones de euros, tras la salida de su equipo estrella (Álvaro Guzmán y Fernando Bernad ni siquiera aparecen ya en la web de Bestinver) y, además, la gestora ha perdido casi un tercio de sus activos.
Bestinver era un rara avis dentro de la industria de gestión de activos en nuestro país. Una gestora independiente y no ligada a ninguna entidad bancaria había logrado gestionar 10.000 millones de euros fruto de tener las mejores rentabilidades de toda la industria gracias a su firme apuesta por los principios del value investing.
Pese a que muchos habían querido comprar Bestinver o hacerse con los servicios de Paramés con cheques en blanco, todo se mantuvo estable hasta este mismo año. Merece una reflexión aparte cómo la mejor gestora de la historia de España, en un país con 45 millones de personas, apenas contaba con 40.000 clientes. Algo funciona mal en este país si los mejores no son los más grandes en cuanto a volumen se refiere.
Paramés no tardará en montar una gestora similar, pero antes tiene que llegar a un acuerdo con Bestinver, que le reclama 30 millones de euros por su libertad, mientras que él ofrece algo menos de 15 millones.