El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha asegurado que la institución actuará para devolver cuanto antes la inflación a niveles acordes con su mandato, lo que supone un alza de los precios algo por debajo del 2%, frente al 0,4% registrado el pasado mes de octubre.
"Haremos lo que debamos para elevar la inflación y las expectativas de inflación tan rápido como sea posible, como requiere nuestro mandato de estabilidad de precios", afirmó Draghi en un discurso pronunciado en Fráncfort.
En este sentido, el banquero italiano apuntó que si la actual política monetaria de la institución no resultara suficientemente efectiva para alcanzar este objetivo o se materializasen nuevos riesgos para las perspectivas de inflación, el BCE "aumentaría la presión y ampliaría aún más los canales de intervención, alterando la magnitud, ritmo y composición de sus compras".
Mario Draghi expresó durante su intervención una clara preocupación por la evolución de los precios en la zona euro, señalando que el BCE ha detectado "algo de volatilidad en las expectativas de inflación", principalmente en los horizontes a más corto plazo.
"Estamos observando alguna volatilidad en las expectativas de inflación", advirtió Draghi, quien señaló que en el corto plazo "los indicadores han declinado a niveles excesivamente bajos". En cuanto a la situación de la economía de la eurozona, el presidente del BCE señaló que "sigue siendo difícil" y apuntó que recientes indicadores como el PMI sugieren que "una recuperación más fuerte es improbable en los próximos meses".
Asimismo, el banquero italiano admitió que la situación de la inflación en la zona euro es cada vez más complicada, principalmente por la evolución de los precios de alimentos y energía, aunque las últimas lecturas de inflación subyacente sugieren que "no sólo operan factores temporales", sino que también hay una debilidad de la demanda.
En este sentido, Draghi indicó que, si bien los descensos en el precio de alimentos y energía pueden ser un valioso impulso para la economía al incrementar la renta disponible, por otro lado el elevado desempleo en varios países hace que los trabajadores tengan menor poder para negociar subidas salariales, lo que debilita las presiones inflacionistas.