La Calle Bravo Murillo de Madrid tiene un nuevo inquilino. Desde que hace 3 semanas Dealz, el Todo a 1,5 euros británico, abriera sus puertas en el distrito madrileño de Tetuán, los supermercados y los bazares de Chinos de la zona no pegan ojo. Y es que este nuevo comercio surge de mezclar los ingredientes de ambos modelos de negocio, pero añadiéndole el componente principal: el 60% de las referencias que ocupan sus estanterías son de marcas conocidas y tienen un precio cerrado de 1,5 euros.
Bebidas, alimentación, droguería, papelería, baño, decoración... Dealz vende de todo excepto productos frescos. En el local de Madrid, los productos que más triunfan son las 4 latas de Coca-Cola por 1,50, el champú Fructis y el jabón Fairy.
La tienda de Madrid es la tercera que ha abierto Dealz en nuestro país. La primera, se inauguró en julio de este año en Torremolinos (Málaga) y la segunda, en Alicante, el pasado 16 de octubre. Antes de que acabe el año, la cadena británica piensa abrir una segunda tienda en la capital (Alcalá 163) y otra en Málaga.
"Y en los próximos ocho meses pensamos abrir otras 10 tiendas más en España", ha anunciado el director general de Dealz en España, Álvaro Villamizar, en una entrevista con Libre Mercado.
La tienda de Madrid arrasa
El éxito sin precedentes de la tienda de Bravo Murillo es la razón de que la cadena de supermercados de precio único haya decidido acelerar sus planes de expansión en el mercado español. El local de Madrid "está pulverizando todos los registros de venta que hasta ahora había en la compañía. Hemos superado todas las expectativas", afirma.
Dealz tiene más de 500 establecimientos repartidos entre Reino Unido (bajo la enseña Poundland) e Irlanda, pero nunca había experimentado nada igual. "En los tres primeros días de apertura, hemos cosechado récord de ventas en la compañía entera. Estamos más que contentos, hemos superado todas las expectativas en la tienda de Madrid", asegura Villamizar.
El directivo recibe a este periódico en la tienda de Bravo Murillo, donde se escucha a varios empleados hablando en inglés en sus pasillos. "La plantilla es española", aclara el director general de Dealz, "lo que pasa es que, cuando inauguramos una tienda traemos gente del equipo de Reino Unido para ayudar en su lanzamiento". En el local, de una superficie de casi 900 metros cuadrados, trabajan día y noche 55 empleados.
"Desde el primer día, fue tal la avalancha de clientes que el sábado colapsamos (abrimos un jueves), nos colapsaron la tienda, tuvimos que meter un ejercito de 15 personas extra para reponer los estantes por la noche porque no dábamos abasto. Tuvimos una media de 5.000 visitantes diarios. De hecho, está tienda tiene 5 empleados más que lo que se estableció inicialmente", indica Villamizar.
Si continúa así el ritmo de actividad la tienda, unos 10.000 artículos por semana, Bravo Murillo alcanzará "en breve" el Top Five de los locales Dealz y Poundland " que más venden del mundo", asegura Villlamizar.
La barreras comerciales de Cataluña
El precio y los artículos de marca no son los únicos aspectos que atraen a los clientes de Dealz. El horario de la firma británica también es uno de sus puntos fuertes. Y es que Dealz abre sus puertas a las 9 de la mañana y las cierra a las 12 de la noche.
La compañía tiene su sede en la Comunidad de Madrid, donde existe plena liberalización de horarios comerciales. "Un punto que tuvimos en cuenta a la hora de abrir alguna tienda en Cataluña", afirma el directivo. La Generalidad tiene restringido el horario de los comercios hasta las 10 de la noche y no permite abrir domingos y festivos.
"Pero como queremos abrir una tienda en Barcelona, creo que nos adaptaríamos", matiza el directivo. "A mi me encantaría abrir más horas porque queremos darle al cliente lo que quiere y abrir los domingos porque es el es segundo día de la semana donde más compras se hacen en España", añade.
La obligatoriedad de etiquetar los productos en catalán también es otra cuestión que ha valorado la compañía para invertir en Cataluña "porque supone un coste adicional" asegura Villamizar, que vuelve a apuntar que si tuvieran que asumirlo, lo harían.
¿Cómo puede vender a 1,5 euros?
Desde que Dealz lanzara su primera en tienda en Burton (Staffordshire, Reino Unido) en 1990, todos sus productos han costado una libra. ¿Cómo es eso posible con los periodos inflacionistas que se han venido sucediendo en las últimas décadas? ¿Porqué el resto de supermercados no puede vender los mismos productos también a 1,5 euros? A continuación, algunas de las claves de su modelo de negocio:
- El número de referencias: mientras que un supermercado tradicional, tiene a la venta entre 11.000 y 15.000 referencias de diferentes productos, Dealz sólo vende 3.000. Esto les permite comprar más volumen de esas marcas y conseguir unos precios mejores.
- Los artículos son de importación: la Coca-Cola es la misma sí, pero está embotellada en el Reino Unido, lo mismo pasa con el champú Fructis. El 80% de las marcas son de importación, lo que les permite tener unos precios más competitivos porque compran más volumen.
- Márgenes de beneficio: Dealz tene unos márgenes de beneficio más ajustados que el resto de sus competidores. Villamizar asegura que "no vendemos a pérdidas en ningún caso, sabemos que eso es ilegal".
- El tamaño de los envases: la compañía no vende envases de formato ahorro o los de mayor tamaño de cada referencia, se queda con el estándar. Además, hay marcas que fabrican envases personalizados más pequeños para Dealz.
- El precio único de por vida: la empresa ha prometido que en España jamás subirá los precios de sus productos del 1,5 euros. Si la inflación se dispara, además de renegociar con los proveedores, "una posibilidad sería" reducir el tamaño del envase o quitar alguna unidad de sus packs, como ya ocurrió en el pasado, reconoce Villamizar.
- Cambio de hábito del consumidor: como ha ocurrido en Reino Unido, en España ha dejado de hacer la compra mensual para centrarse en lo que necesita semanal y diariamente. Además, el cliente quiere saber de antemano lo que le va a costar el ticket de su compra y con los precios únicos esa presión desaparece.