No es la primera vez que sucede y, por desgracia, no será la última. Los estímulos monetarios y fiscales del Abenomics han cosechado un rotundo fracaso en Japón. Las autoridades niponas llevan 25 años aplicando, una y otra vez, la misma receta económica, consistente en continuos y crecientes inyecciones de gasto público y liquidez monetaria, y el resultado no ha sido otro que estancamiento, empobrecimiento y una creciente deuda pública, tal y como avanzó Libre Mercado.
El último plan puesto en marcha, el famoso Abenomics, que tantas alabanzas ha recibido por parte de economistas y gobiernos de medio mundo, también ha naufragado. La economía japonesa se contrajo un 1,6% anualizado entre julio y septiembre, según datos publicados este lunes por el Gobierno. Con respecto al anterior trimestre, el PIB de Japón se encogió además un 0,4%, principalmente por la caída de la inversión corporativa.
Estos datos del PIB suponen el segundo trimestre de contracción para la tercera economía del mundo (que en abril-junio se encogió un 7,1% anualizado), lo que sitúa al país en recesión técnica y complica la estrategia económica del Abe, bautizada popularmente como Abenomics.
Fracasó antes de subir impuestos
Los datos, por debajo de la mayoría de pronósticos de los analistas, acercan aún más la posibilidad de elecciones adelantadas en el país asiático, una maniobra con la cual el primer ministro, Shinzo Abe, pretende bloquear una nueva subida del IVA prevista para este año.
La mayoría de analistas espera que, tras la publicación de estos datos, el primer ministro disuelva esta misma semana la Cámara Baja y convoque elecciones anticipadas en diciembre, unos comicios a los que el Partido Liberal Demócrata (PLD) de Abe se presentaría con la firme propuesta de no subir nuevamente el IVA en octubre de 2015.
El Parlamento aprobó en 2012 una subida del gravamen en dos tramos (hasta el 8% en 2014, y hasta el 10 en 2015) para hacer frente a los costes cada vez más abultados de su sistema de Seguridad Social sin incrementar aún más su deuda pública, la mayor del mundo desarrollado.
Abe se escuda en que dicho aumento es el principal causante de la contracción económica, y no sus estímulos. Sin embargo, tal y como recuerda el economista Juan Ramón Rallo, la caída de la actividad comenzó antes de que se aplicara la citada subida del IVA -el ingreso medio de los hogares empezó a descender antes de aumentar impuestos-.
Elecciones anticipadas
Mediante estos comicios, el jefe de Gobierno, que llegó al poder en diciembre de 2012 con la promesa de sacar a Japón de su aletargamiento económico, busca someter a examen su plan para echar atrás la subida del gravamen y seguir adelante con su política de estímulos agresivos, informa Efe.
La idea, según subrayan analistas locales, es capitalizar lo impopular que resulta un incremento del IVA en Japón (que solo ha vivido tres en toda su historia y los ha castigado siempre en las urnas) en un momento en el que el opositor Partido Democrático (PD) apenas goza de simpatía entre el electorado. Menos aún cuando fue el último Gobierno del PD, con el ex primer ministro Yoshihiko Noda al frente, el que defendió hasta la extenuación la subida del IVA en dos tramos (del 5 al 8% en 2014, y hasta el 10 en 2015) que acabó aprobando el hemiciclo en 2012.
De este modo, Abe y su Partido Liberal Demócrata (PLD) pretenden salir reforzados de estos comicios, que se celebrarían en diciembre, para cimentar aún más su dominio de la escena política nipona e implementar el Abenomics sin ataduras y con el beneplácito de las urnas.
Muchos economistas insistieron este lunes, sin embargo, en los peligros de retrasar la subida impositiva para la salud fiscal de Japón, el país desarrollado que cuenta con la mayor deuda pública del mundo (más del doble de su PIB) y con un sistema de Seguridad Social cada vez más insostenible.