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El PIB se desacelera hasta el 0,5% en el tercer trimestre

La economía española creció un 0,6% en el segundo trimestre del año.

La economía española moderó su crecimiento al 0,5% en el tercer trimestre del año, tras haber crecido un 0,6% entre abril y junio, según estima el Banco de España en el Boletín Económico del mes de octubre.

En concreto, el supervisor asegura que durante el tercer trimestre "se prolongó la pauta de recuperación que se empezó a perfilar el año pasado", apoyada en la progresiva normalización de las condiciones de financiación, el mantenimiento de niveles de confianza "relativamente robustos" y la "favorable evolución del mercado laboral".

 No obstante, cree que estos dos últimos elementos cedieron algo de dinamismo en los meses de verano, lo que, a su parecer, puede explicar la "ligera ralentización" que habrían experimentado el consumo privado y la inversión en equipo en este periodo.

En cualquier caso, afirma que las estimaciones realizadas con la información disponible apuntan a que, en el período julio-septiembre, el PIB pasó a crecer un 0,5%, completando un ciclo de cinco trimestres consecutivos de crecimientos positivos. En términos interanuales, el PIB habría aumentado un 1,6%.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicará el día 30 el avance del PIB en el tercer trimestre y el 27 de noviembre el detalle de la Contabilidad Nacional en ese periodo.

Con todo, el Banco de España confirma el escenario de "paulatina recuperación" que anticipó el informe trimestral de julio, con un crecimiento del PIB del 1,3% para este año y del 2% en 2015. Sin embargo, avisa de que los riesgos de desviación a la baja se han acentuado en los últimos meses por el empeoramiento de las perspectivas de la economía internacional, en particular de la zona del euro.

En el tercer trimestre del año, el supervisor financiero estima que la demanda interna avanzó a un ritmo del 0,6% en tasa intertrimestral, mientras que la demanda exterior habría tenido una contribución "levemente negativa" (-0,1%) al avance del producto.

En concreto, avanza que el ritmo del gasto del sector privado no financiero se redujo "levemente" en el tercer trimestre y en el caso de algunos componentes de la demanda interna (la inversión empresarial, principalmente), la desaceleración de los planes de gasto podría empezar a reflejar el deterioro del entorno exterior y las dudas sobre la recuperación del área del euro.

Menor intensidad del consumo

Así, estima un aumento del consumo de los hogares del 0,5%, algo inferior al observado el trimestre precedente. A su parecer, la cifra se apoya en la creación de empleo y en la fortaleza que aún mantiene el gasto de algunos componentes de consumo duradero. El consumo público habría registrado una tasa de variación intertrimestral cercana a cero.

La inversión residencial, por su parte, atenuó su tasa de retroceso en un contexto en el que los visados de obra nueva y los indicadores de demanda de vivienda dieron señales de estabilización tras siete años de ajuste. Además, el Banco de España ve en los precios "cierto cambio de tono", con tasas próximas a cero o ligeramente positivas tras más de seis años de retrocesos continuados.

En el ámbito empresarial, el banco emisor afirma que la inversión productiva mostró una desaceleración en el tercer trimestre por la ralentización de la inversión en bienes de equipo. A su juicio, la desaceleración del gasto de las empresas podría estar relacionada con el aumento de la incertidumbre en torno a la cartera de pedidos exteriores.

Aportación negativa del sector exterior

En cuanto al sector exterior, asegura que la evolución más reciente de los intercambios de bienes y servicios con el exterior confirma "la progresiva disminución" de la contribución de la demanda exterior neta al PIB. Así, a lo largo del último trimestre el avance de las exportaciones de bienes se vio limitado por la pérdida de dinamismo de los mercados de exportación por la falta de pulso de la zona del euro, mientras que las importaciones mantuvieron tasas elevadas de avance.

Asimismo, pone de manifiesto que a lo largo de este ejercicio se está produciendo una ralentización del ritmo de ajuste del desequilibrio exterior, como refleja la evolución de las cuentas no financieras de los sectores institucionales, que arroja una capacidad de financiación de la nación del 1,1% del PIB hasta junio, frente al 2,1% en 2013.

En el terreno del empleo, el Banco de España observa que esta variable mantuvo el tono de mejoría que se viene observando desde finales de 2013, aunque "a un ritmo ligeramente inferior" al del período abril-junio, con una tasa intertrimestral del 0,4%, que situaría el avance interanual de la ocupación en el 1,2%.

Vincular salarios a productividad

Según el supervisor, el mejor comportamiento del empleo a lo largo del último año obedece, en parte, al mantenimiento de las pautas de moderación salarial, puesto que el incremento medio de las tarifas hasta septiembre se situó en el 0,6%, en línea con lo observado en 2013 y con las recomendaciones del Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva, que expirará al concluir el ejercicio.

De cara al futuro, advierte de que el entorno de baja inflación en la UEM complicará el logro de ganancias adicionales de competitividad, por lo que considera "fundamental" asegurar la vinculación de los costes laborales con la situación específica de las empresas y profundizar en las reformas estructurales.

En cuanto a los precios, el Banco de España achaca los descensos de los últimos meses a los componentes más volátiles, aunque asegura que las proyecciones sobre la inflación siguen apuntando a tasas "muy reducidas" del 0,1% para 2014 y del 0,7% para 2015, dado el "grado de holgura" que todavía presentará la economía española y de una evolución moderada de costes y márgenes.

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