El primer ministro italiano, Matteo Renzi, acaba de presentar su plan presupuestario para 2015. Entre las medidas más significativas, encontramos un significativo recorte de la presión fiscal. Más concretamente, el Ejecutivo transalpino está dispuesto a recortar los impuestos por valor de 18.000 millones de euros. En palabras del primer ministro, "estamos ante la mayor reducción de impuestos jamás aprobada por un gobierno en la historia de la República de Italia".
¿Cómo se canalizarán estas medidas? En primer lugar, la devolución mensual de 80 euros a las rentas más bajas, aprobada tras la llegada de Renzi al poder, dejará de ser una medida temporal y se convertirá en un procedimiento permanente. La devolución se aplica a aquellos trabajadores que tienen rentas inferiores a 25.000 euros; anualmente, supone una rebaja de 960 euros en la factura del IRPF.
Menos fiscalidad sobre el trabajo
En segundo lugar, el primer ministro también ha anunciado que cumplirá su promesa de reducir el Impuesto Regional a las Actividades Productivas, un gravamen que no solamente se aplicaba a los beneficios, sino también a los ingresos y a los costes. Semejante mordida tributaria ya fue recortada un 10% en abril, pero el retoque esencial llega ahora.
Concretamente, Renzi quiere eliminar la aplicación del Impuesto Regional a las Actividades Productivas en los costes laborales. De facto, hablamos de un importante tajo a los impuestos que gravan el trabajo. De hecho, esta medida supone devolver a las empresas italianas más de 5.000 millones de euros anuales.
Bonificación de las contrataciones
En tercer lugar, Italia también se prepara para un nuevo marco tributario en el que la contratación indefinida irá ligada a una bonificación de las cotizaciones sociales. "Mamma mia!" llegó a exclamar Renzi mientras explicó que esta medida debería animar a los empresarios italianos a aumentar los puestos de trabajo regidos por acuerdos laborales indefinidos.
Unos impuestos de "locura"
Según Renzi afirmó a la prensa transalpina , "los impuestos han alcanzado un nivel de locura en Italia". Es por esto que el Ejecutivo prepara nuevas medidas fiscales, destinadas a profundizar las grandes rebajas anunciadas para 2015. No obstante, Renzi tiene claro que estas medidas deben ser compatibles con el mantenimiento del rigor presupuestario.
Por eso, el presupuesto para 2015 también contempla un ajuste de 15.000 millones de euros. "Queremos respetar el límite del déficit público que nos marca la Unión Europea, que es del 3%. Queremos respetar esas reglas y responderemos todo tipo de preguntas para explicar nuestro compromiso". Con una deuda pública del 133% del PIB, Italia no se puede permitir muchas sorpresa.
Defendiendo las rebajas impositivas que acaba de anunciar, el primer ministro comentó que "estamos ante un cambio muy pero que muy significativo. Este presupuesto busca el crecimiento en momentos de dificultad".