Analista y estratega de Société Générale, Albert Edwards, ha querido levantar la voz de alarma entre sus inversores y seguidores. Tomando como ejemplo el suplemento de fin de semana de Financial Times "Casa y hogar" y sus "cuarenta y dos páginas de anuncios de mansiones y bandejas de mimbre por 1.000 dólares", Edwards se preguntaba si "¿Nos hemos vuelto locos?" y recordaba que esos niveles eran los que se veían antes del último crash.
En este sentido, destaca los problemas en Japón y también en China, donde el yen ha caído por debajo del soporte de los 15 años frente al dólar. Por estos motivos, el analista de Société Générale señala que "la siguiente fase de la guerra de divisas podría haber comenzado". En su análisis, Edwards pronostica que la economía china va a sufrir una fuerte subida de sus tipos de cambio, especialmente si otras monedas asiáticas se derrumban, lo que golpeará a la economía del gigante asiático, que parece en decadencia de nuevo.
"Un yen más débil supondrá problemas para occidente", donde "el crecimiento de las ganancias es tan anémica que un ajuste monetario a través del fortalecimiento de los tipos de cambio podría ser suficiente para hundir las ganancias de EEUU y Europa y meter a sus economías en recesión", decía el analista.
Aunque "parezca descabellado" para Edwards "una de las pocas cosas que ha aprendido a lo largo de 30 años en esta industria es que cuando los operadores deciden que la relación Yen/Dólar comience a moverse, puede hacerlo muy rápidamente".
Es decir, que para Edwards es evidente que ha crecido de forma notoria el nerviosismo y la volatilidad, dejando que los mercados se muevan del positivo al negativo. Sin embargo no hay duda de que tiene razón cuando habla de la creciente nerviosismo y volatilidad.
"Venda todo y corra por su vida" es el titular de la nota emitida por Edwards. Le preocupa que a pesar de caer las expectativas de inflación en EEUU, el deterioro de los datos económicos en China, Alemania y la debilidad general de la economía global, las acciones y los bonos siguen subiendo mintras que la volatilidad sigue siendo baja.
Por todo ello, Edwards estima que "tal vez es hora de dejar de bailar y asentarse fuera".