Luis de Guindos es optimista. Va un poco en el cargo. También lo era a comienzos de 2012, cuando se le encomendó la complicada tarea de evitar que España cayera en el precipicio del impago y el rescate. Por eso, no es extraño que ahora, que nuestro país ha pasado del furgón de cola al delantero de la UE (al menos en cuanto al crecimiento en los últimos trimestres), el ministro de Economía se muestre tan satisfecho.
Este martes, le tocaba cerrar el Spain Summit 2014 que el Financial Times organizaba en Madrid. Y su pronóstico ha sido muy positivo: el mercado laboral se está recuperando (no descarta "sorpresas positivas" para el próximo año), el crédito vuelve a familias y empresas que, además, mantienen su desapalancamiento, las cuentas públicas recuperan su solvencia e incluso la demanda interna se recupera. Sólo un nubarrón aparece en el horizonte del Gobierno: el resto de la UE, con nuestros principales socios comerciales a la cabeza amenaza con hundirse en el pozo de la recesión. ¿Será capaz España de evitar que la arrastren? De Guindos cree que sí.
En su intervención, De Guindos ha admitido que en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial mantenida este último fin de semana "el ambiente no era de exceso de optimismo". Y ahora la preocupación no son los emergentes, como ocurría el año pasado, sino "la Eurozona y la política económica de Japón". El ministro ha desvelado que "los indicadores adelantados no son optimistas y los índices PMI también indican que vemos una desaceleración".
En comparación, De Guindos ha subrayado que la economía española se comporta de "forma más positiva que el conjunto de nuestros socios de la Eurozona", algo que no ha pasado desde que estalló la crisis. En su opinión, hemos ido "ganando velocidad" y eso se refleja en unos indicadores para el tercer trimestre que apuntan a un crecimiento del 0,6%, el mismo que en el segundo y muy por encima de lo previsto para el resto de la zona euro.
En este sentido, el ministro de Economía ha destacado que dos de los factores que empujan en la buena dirección son novedades en lo que llevamos de crisis. Por un lado, la demanda interna se recupera y "el consumo está tirando". La segunda sorpresa positiva proviene del sector bancario, con la recuperación del crédito. Aunque De Guindos asegura que "se mantiene el proceso de desapalancamiento" (se reduce el montante total de deuda), también ha celebrado que el crédito nuevo está creciendo para el sector privado.
Es más, incluso en el mercado laboral De Guindos ha sido positivo. Aunque ha reconocido que quedan cosas por hacer, como por ejemplo los cambios en "políticas activas de empleo", el ministro ha asegurado que no descarta "sorpresas positivas" también en este campo. De hecho, ha insinuado que si España logra volver a crecer a su tasa potencial (que ha situado "entre el 2 y el 3%"), podría, con ayudas de las reformas aprobadas, conseguir una recuperación del mercado de trabajo mucho más rápida de lo que se puede prever.