La agencia de calificación crediticia ha situado el rating de Cataluña y del Institut Català de Finances (ICF) en vigilancia negativa para un posible recorte por las tensiones que mantiene con el Gobierno central por la convocatoria de la consulta catalana que el Tribunal Constitucional (TC) acaba de suspender.
En un comunicado, Fitch ha recordado que el rating de Cataluña se sitúa actualmente en el que fijó para todas las comunidades autónomas en marzo del año pasado, en el 'BBB-', un escalón por encima del grado de especulación, también conocido como 'bono basura', ha informado en un comunicado este lunes.
Fitch mantiene así la calificación que periodicamente da a la deuda catalana desde hace años, cuando la agencia Standard & Poors sí calificó en agosto de 2012 la calidad de la deuda de Cataluña de bono basura. Moody's también ha mantenido durante estos años su perspectiva negativa.
Ha indicado que para fijar este rating se basó en el apoyo que mostró el Ejecutivo de Mariano Rajoy a las autonomías a través de instrumentos como el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).
Sin embargo, ha insistido en que el rating también está sujeto a la relación entre las comunidades y el Gobierno central, y Fitch la considera "complicada" en el caso de Cataluña por las desavenencias sobre la consulta de autodeterminación.
Fitch cree que la comunidad catalana requerirá más financiación procedente del FLA en 2015 y debido a sus dificultades para acceder a los mercados internacionales, Cataluña dependerá en gran medida de los fondos del instrumento de financiación estatal, ya que considera que los inversores internacionales no comprarán bonos catalanes por su "presente político incierto".
La agencia de calificación crediticia prevé resolver el rating entre los próximos tres y seis meses a la espera de cómo evolucione el proceso soberanista y la relación Cataluña-Estado, y avanza un posible recorte para Cataluña de, al menos, dos escalones.