Jarro de agua al Gobierno para enfriar su intención de elevar las previsiones económicas. El último informe de coyuntura de BBVA confirma que el crecimiento de la economía española va más lento de lo esperado.
BBVA Research estima en su último Observatorio Económico que el PIB avanzará entre el 0,4% y el 0,5% este tercer trimestre, de modo que la recuperación continúa, pero a un ritmo algo más lento de lo que se preveía hasta el momento. No en vano, cabe recordar que el PIB aumentó seis décimas entre abril y junio.
La entidad ha destacado la probabilidad de que se materialicen algunos riesgos, sobre todo los relacionados con la recuperación de la actividad y la evolución de las expectativas de inflación en la zona euro, así como las incertidumbres geopolíticas.
Así pues, España crecerá en 2014, pero es posible que lo haga menos de lo que el Gobierno barajaba hasta hace poco. De hecho, el propio Mariano Rajoy habló "no de brotes verdes, sino de raíces vigorosas" este fin de semana en la apertura del curso electoral.
Sin embargo, además de los grandes lastres estructurales que presenta la economía española, como la poca flexibilidad laboral, la elevada burocracia o los altos impuestos, hay otros factores que explican esta ralentización.
Uno de los principales factores de riesgo es que el sector exterior, el gran motor en el que confiaba el Gobierno para elevar sus previsiones económicas, se está gripando. Las exportaciones de mercancías crecieron un 0,5% interanual en el primer semestre, y el déficit comercial alcanzó los 11.882,4 millones de euros, el doble que en el mismo período de 2013.
Al frenazo exportador, al que el Gobierno quita peso y asegura que es ahora "la demanda nacional" la que tira de nuestro crecimiento, hay que unir la complicada situación de las locomotoras de Europa.
Con Italia en recesión técnica, el PIB alemán cayendo y Francia estancada, las alarmas de una nueva recesión han vuelto a saltar en el seno del euro. Hay que recordar que estos países son los principales socios comerciales de España, por lo que si su situación es delicada, las exportaciones se verán afectadas.
Este nuevo panorama de debilidad europea y ralentización española hace muy complicado que el Gobierno mantenga su intención inicial de elevar la previsión de crecimiento desde el 1,2% actual al 1,5%, tal y como viene manifestando de cara a la eleboración de los próximos Presupuestos Generales del Estado a finales de mes.