Las imágenes de un grupo de turistas italianos haciendo la compra en un supermercado de la Barceloneta completamente desnudos han desatado la ira de sus vecinos. Los residentes del barrio catalán llevan más de una semana manifestándose contra lo que ya es conocido como Turismo de Borrachera. Además de denunciar los malos hábitos de los turistas extranjeros que viajan a Barcelona "impidiendo el descanso y la convivencia en el barrio", los manifestantes exigen que el Ayuntamiento de la Ciudad Condal acabe con todos apartamentos destinados al uso turístico, ya sean ilegales o no.
¿Es la prohibición la mejor solución a este problema? ¿La conducta incivica de un extranjero está relacionada directamente con la modalidad de alojamiento que elija? ¿Dónde queda el derecho del dueño de una vivienda a alquilar libremente su propiedad?
Las asociaciones de apartamentos turísticos denuncian que se está utilizando un hecho que ha ocurrido en una zona concreta de Barcelona como excusa para acabar con todas las viviendas destinadas para uso vacacional en la ciudad.
"Lo que está pasando con los apartamentos de la Barceloneta no es representativo de lo que pasa en Barcelona", asegura a Libre Mercado el presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur), David Riba. "Además, ese barrio tampoco tiene el mismo público en los meses de julio y agosto que en el resto del año. En los meses de verano es cierto que viene a la Barceloneta un público más joven (extranjero o de nuestro país) con ganas de playa y de fiesta, pero eso no ocurre todos los días del año y eso no justifica que quieran prohibir todos los apartamentos turísticos".
Riba asegura que "los apartamentos turísticos de Barcelona funcionan a la perfección y suponen un gran beneficio económico para la ciudad". El presidente de Apartur asegura que los turistas que se hospedan en apartamentos turísticos gastan unos 140 millones de euros al año en la ciudad de Barcelona (museos, comercios, restaurantes...), sin contar el dinero del alojamiento.
El representante del sector insiste en que las denuncias por parte de los vecinos son "mínimas", ya que "el 40% de nuestros clientes son familias y no el tipo de joven que está saliendo en los medios".
"¿Por qué tiene la Administración que obligar a un turista irse a un hotel cuando lo que quiere es alojarse en un apartamento?", se pregunta Riba. "Los turistas son clientes libres, no son ni de los hoteles ni de la Administración, y las cifras demuestran que cada vez son más los que prefieren alquilar un apartamento", añade.
Y es cierto que lo demuestran. Según la última encuesta de movimientos turísticos en fronteras (Frontur) que publica el Ministerio de Industria, mientras que el pasado julio la ocupación hotelera por parte de los turistas extranjeros aumentó un 0,3%, la de los apartamentos turísticos lo hizo un 14,1%.
Barcelona comienza a inspeccionar los pisos
Ante las protestas de los vecinos de la Barceloneta, la primera medida que ha tomado el Ayuntamiento de catalán es la búsqueda de los llamados apartamentos turísticos ilegales (los que no están inscritos en el registro para tal fin). Así, desde el pasado lunes, tres equipos integrados por técnicos municipales y agentes de la Guardia Urbana inspeccionan aleatoriamente del barrio barcelonés.
Una vez seleccionado el bloque, los equipos comprueban puerta a puerta la identidad de los vecinos que residen en ellos y recaban información de éstos sobre la posible existencia de apartamentos ilegales en el bloque. De detectar viviendas alquiladas ilegalmente a turistas, los inspectores abren el expediente administrativo correspondiente, mientras que los agentes de la Guardia Urbana tienen como cometido sancionar las conductas que vulneren las ordenanzas municipales.
A diferencia de las inspecciones que se llevaban a cabo hasta ahora, los controles se realizan de oficio, sin que exista una denuncia previa.
La trampa del Consistorio
El caso de los apartamentos turísticos legales, los que sí cumplen con todos los requisitos que establece la regulación, es un tanto escandaloso. Mientras el Ayuntamiento de Barcelona va a multar a los apartamentos que operen de forma ilegal en la Barceloneta, el pasado abril decidió suspender precisamente la expedición de las licencias que les autorizan para operar de forma legal, lo que dejaría en el aire el futuro del sector.
Concretamente, fue el pasado 30 de abril, cuando el Consistorio de la Ciudad Condal anunció que sólo otorgaría nuevos permisos a bloques enteros y no a viviendas situadas en edificios residenciales. Sin embargo, a las pensiones o a los albergues que están instalados en los bloques de vecinos sí se le siguen concediendo licencias.
Según explicó el presidente de Federatur, la federación catalana que agrupa a las asociaciones de apartamentos turísticos de Gerona, Barcelona y Tarragona, Lluís Torrent, son "los hoteleros de Barcelona los que están detrás de que el Ayuntamiento haya decidido no conceder más licencias a los apartamentos turísticos". Según Torrent "los hoteles no quieren compartir con nadie el pastel del turismo y van a ir a por todo el mundo que ponga en peligro su actividad, hasta que consiga sacarlos del mercado, sea legal o ilegal".