Huellas dactilares para poder comprar el pan. Es la última ocurrencia del Gobierno bolivariano para luchar, según ellos, contra la escasez de alimentos e insumos básicos. Lejos de hacer el mínimo ápice de autocrítica por la situación de escasez a la que su Gobierno ha llevado al país, centra sus objetivos en combatir el contrabando.
El pasado miércoles, el presidente, Nicolás Maduro anunció que luchará contra el contrabando y para ello pidió la colaboración de todos los venezolanos. "Yo necesito su apoyo", expresó, rodeado de algunos ministros y del nuevo superintendente Nacional de Precios Justos, Andrés Eloy Méndez. La negativa de la oposición a los férreos controles de precios del Gobierno han llevado a Maduro a acusarles de estar a favor del enriquecimiento de las empresas y del contrabando.
Por ello, Maduro ha anunciado un sistema de toma de huellas dactilares para poder comprar cualquier tipo de producto. "Está ya dada la orden para que se proceda al establecimiento del sistema biométrico en todos los establecimientos y redes de las cadenas distribuidoras y comerciales de la República", ha dicho Maduro.
Venezuela viene subvencionando desde hace muchos años todos los productos básicos que se compran en el país. Sin embargo, este sistema está haciendo cada vez más daño a las cuentas nacionales. No obstante, Maduro quiere intentar mantener estos subsidios mediante todos los medios posibles para que su retirada no suponga un estallido social.
La medida ha sido recibida con escepticismo y críticas, ya que muchos denuncian que equivale al establecimiento de una suerte de cartilla de racionamiento digital, además de una violación de la privacidad.