El primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha respondido a la llamada de atención por parte del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, sobre la necesidad de implementar más rápidamente reformas estructurales, que la propia Roma decidirá el ritmo de introducción de las medidas cuyo modelo "no es España, sino Alemania".
"Estoy de acuerdo con Draghi cuando dice que Italia necesita hacer reformas, pero cómo vamos a hacerlas lo decidiré yo, no la Troika ni el BCE ni la Comisión Europea", apunta Renzi en una entrevista concedida al diario Financial Times.
"Haré las reformas por mí mismo porque Italia no necesita que nadie le explique qué hacer", añade el primer ministro italiano, después de que el pasado jueves Draghi dijera que los países que han realizado reformas estructurales lo han hecho mejor que aquellos que no las han aplicado, en una velada referencia a la distinta evolución de las economías de España e Italia.
"Nuestro modelo no es España, sino Alemania", responde el primer ministro italiano, que se aupó al Gobierno el pasado mes de febrero con un respaldo superior al 40% del electorado, al ser cuestionado al respecto. "El tiempo dirá quién tiene razón", añade.
Renzi, a este respecto, defiende que desde su nombramiento ha realizdo una reforma constitucional que nadie había acometido en 70 años y ha impulsado los cambios a un ritmo mayor al que nunca se habían producido en el país.
Por otro lado, el primer ministro de Italia asegura que el desequilibrio presupuestario del país transalpino se situará este año en el 2,9% del PIB, tres décimas por encima del pronóstico inicial, pero que en ningún caso sobrepasará el límite del 3%.
"No tengo absolutamente ninguna intención de romper el techo del 3%. Esperamos tener mejores cifras (de crecimiento) en la segunda mitad del año y así el resultado sea del 2,9%", apunta Renzi. "No superaremos el 3%, es una antigua regla, pero sigue siendo una cuestión de credibilidad y reputación para Italia incluso si otros lo sobrepasan". añade.
La economía italiana, la tercera mayor de la zona euro, entró nuevamente en recesión en el segundo trimestre de 2014 después de registrar entre abril y junio una contracción del PIB del 0,2% respecto a los tres meses anteriores, cuando ya había caído un 0,1%.