Pedro Sánchez tenía este lunes por la mañana su primera comparecencia ante la prensa como secretario general del PSOE. Se producía en la sede socialista en Madrid, en la calle Ferraz, y el principal tema parecía que iba a ser la reunión que esta tarde tendrá con Mariano Rajoy en Moncloa.
Sin embargo, la economía se ha colado en la intervención de Sánchez. Y lo ha hecho de forma destacada, con el anuncio por parte del nuevo líder socialista de que pedirá al presidente del Gobierno que apruebe una nueva ayuda para aquellos parados que hayan agotado su prestación por desempleo. Eso sí, se dejó los detalles para después de la entrevista en Moncloa.
En lo que sí fue más claro fue en el tema de las cajas de ahorros. Siguiendo una retórica muy habitual en los últimos meses en España, Sánchez atacó al Gobierno por haber rescatado a la banca mientras al mismo tiempo realizaba recortes en políticas sociales. Y ha exigido que alguien (Rajoy, Cristóbal Montoro o Luis de Guindos) dé explicaciones en el Congreso sobre las últimas operaciones, especialmente las pérdidas sufridas por el Estado tras la venta de Catalunya Banc al BBVA por algo más de 1.000 millones de euros, cuando se habían inyectado más de 12.500 millones. Incluso, ha ido un paso más allá y ha pedido que nunca más se venda una entidad rescatada por menos dinero del que el Estado ha metido en la misma.
En este sentido, Sánchez ha afirmado que el PSOE cree que "los bancos rescatados deben venderse al menos por el mismo precio por el que fueron rescatados". Por eso, ha pedido al Gobierno "explicaciones", sobre "por qué se están produciendo pérdidas, cuando se nos dijo que no iba a ser así".
Estas declaraciones son llamativas por varios motivos. En primer lugar, destaca que Sánchez pida explicaciones al Gobierno por las pérdidas en Catalunya Banc, una entidad que no era un banco, sino una suma de cajas. Porque hay que tener en cuenta que la más grande de estas cajas estuvo presidida en los años previos a su quiebra por Narcís Serra, ex vicepresidente del Gobierno con el PSOE. Es decir el partido del que ahora es secretario general Sánchez controlaba la caja, pero el que debe dar explicaciones es Rajoy.
No sólo eso, el nuevo líder socialista ha hablado constantemente de "rescate bancario" y del dinero que se le ha dado "a los bancos", cuando él más que nadie, como exmiembro de la Asamblea de Caja Madrid, debería saber que el dinero público inyectado en el sistema financiero ha ido a parar a las antiguas cajas de ahorro públicas. El Santander, el BBVA o el Sabadell no han recibido ni un euro.
Pero quizás la parte más sorprendente del discurso de Sánchez haya llegado cuando ha exigido al presidente del Gobierno que garantice que no habrá más ventas de entidades que impliquen pérdidas para el Estado. Es decir, el PSOE pide que el precio nunca sea inferior al dinero inyectado. Y esto es llamativo simplemente porque es imposible.
Ni Mariano Rajoy, ni Luis de Guindos, ni nadie puede asegurar que alguien pagará por Bankia los 22.400 millones que el Estado ha inyectado en la entidad. Porque eso no depende del vendedor, sino del comprador. El Gobierno puede querer colocar su participación en Bankia por 50.000 millones de euros, pero ¿qué pasa si no encuentra a nadie que abone esa cifra?
En el caso de Catalunya Banc, a lo largo del fin de semana se han sucedido las reacciones en el mismo sentido. Muchos políticos han pedido explicaciones al Gobierno por las pérdidas. Olvidan estos políticos, como Sánchez, que el proceso fue una subasta abierta. Cualquier gran banco, nacional o internacional, podía haber acudido a la puja. Nadie puso sobre la mesa más dinero que el BBVA, quizás porque nadie pensaba que valía más. Sí, el Estado sólo ha recuperado 1.000 millones. Pero si no se hubiera vendido, no tendría ni siquiera esa cifra. Y si las cuentas de la entidad se deterioran más en el futuro (algo no descartable ni mucho menos), el agujero para el contribuyente habría podido ser incluso superior.