El Gobierno central ha publicado este miércoles las balanzas fiscales de las autonomías. Según el informe, coordinado por Ángel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), la Comunidad de Madrid es la región que más aporta al Estado, con un saldo deficitario de 16.700 millones de euros.
En segundo lugar, el informe sitúa a Cataluña detrás de Madrid, pero a mucha distancia, con la mitad de déficit fiscal. Así, la comunidad que preside Artur Mas registra un saldo negativo de 8.455 millones de euros. Esta cifra se aleja de los 15.000 millones que publicó el Departamento de Economía de la Generalidad, hace apenas un par de meses.
Tras Madrid y Cataluña la tercera de la lista es Valencia, que aporta 2.018 millones. Baleares, por su parte, registra un déficit de 1.483 millones de euros, y pasa a la cuarta posición. En el lado opuesto, la comunidad que más dinero recibe en relación lo que aporta es Andalucía, con 7.421 millones a su favor. A la región que preside Susana Díaz, le sigue Canarias, con 4.054 millones, y Castilla La-Mancha, que se anota un saldo positivo de 3.929 millones.
Respecto al análisis del reparto territorial por habitante, los ciudadanos madrileños vuelven a salir como los más perjudicados , con un saldo negativo de 2.575 euros por habitante. En este caso, a Madrid no le sigue Cataluña, sino Baleares, cuyos ciudadanos tienen un déficit fiscal per cápita de 1.329 euros. Los valencianos ocupan el cuarto puesto de esta clasificación, con un dato negativo de 394 euros. En los dos cuadros siguientes, pueden verse las cifras en detalle:
Otra conclusión diferente que se puede extraer de este análisis es la comparativa de las cuentas autonómicas en relación a su PIB. De nuevo, Madrid vuelve a ser la región perdedora, con un resultado negativo del 8,87% del PIB, seguida de Baleares, con 5,71%, y de Cataluña, con el 4,35%.
Los saldos
En realidad, con estos primeros datos se confirma lo que dictamina el sentido común: las regiones ricas tienen saldo negativo (reciben menos de lo que aportan) y las regiones pobres tienen saldo positivo. Sólo existe una excepción: País Vasco y Navarra, dos regiones entre las más ricas en renta per cápita, aportan menos de lo que reciben, algo que sólo puede explicarse por las peculiaridades del sistema foral.
De hecho, si hiciéramos el mismo cálculo para Cataluña, el resultado sería similar. Según las cuentas que publicaba hace unos meses Convivencia Cívica Catalana, Barcelona aporta mucho más que las otras tres provincias, pero no recibe tanta inversión como le tocaría. Esto es lógico. En Barcelona la renta per cápita es mayor, por lo que sus residentes pagan más impuestos. Además, concentra a la gran mayoría de las sedes de las empresas, que pagan allí sus tributos aunque a lo mejor gran parte de su actividad se realice en otras provincias. Y por último, genera economías de escala en el gasto público, lo que tiene una repercusión directa en la cuenta del gasto per cápita: hacer diez kilómetros de carretera cuesta más o menos lo mismo en Barcelona que en el pirineo, pero en la ciudad puede dar servicio a cientos de miles de habitantes, mientras en la montaña apenas cubre a unas decenas.
Como ha recordado en la presentación de los datos el profesor De La Fuente, prácticamente no hay ningún otro país en el mundo que publique sus balanzas fiscales. Entre otras cosas, porque probablemente en todos ellos el resultado sería similar: los territorios más ricos, con más concentración de población y mayor número de empresas siempre pagan más, por una mera cuestión de cómo se cobran los impuestos y porque casi todos los sistemas fiscales son progresivos.
Los detalles
De la Fuente ha sido el encargado de presentar el informe de las cuentas públicas territorializadas. Preguntado por los motivos del baile de cifras de las cuentas que presenta la Generalidad y el Estado, De la Fuente ha declarado que "habría que ver los detalles de las cifras y comprobar de donde salen".
Aún así, la diferencia "no viene del método, sino de una cuestión de concepto". Por ejemplo, la Generalidad "calcula sólo el saldo con la Administración Central y nosotros lo hacemos teniendo en cuenta los saldos con otras comunidades autónomas. También tenemos en cuenta los impuestos autonómicos que ellos no meten y hemos visto que, hasta ahora, los sistemas contables públicos le imputaban a Madrid cosas que no son suyas", explicó.
El responsable del estudio también ha hablado sobre las exigencias de las regiones deficitarias respecto a un cambio en el modelo de financiación autonómica. Y ha querido separar esta cuestión del tema de las balanzas fiscales: "No tiene nada que ver. Que tu región tenga un saldo negativo no te da derecho a tener una mayor financiación. Madrid y Cataluña no están injustamente tratadas porque están en la media [es decir, aportan lo que les toca en función de su riqueza]. Madrid y Cataluña tienen razón en pedir una revisión del sistema, porque es muy malo, pero no porque estén maltratadas. Yo apoyaría la revisión del sistema, pero no para que tengan una financiación especial".
De hecho, esto puede verse en el siguiente gráfico, que compara el saldo de cada región con su PIB per cápita. Es fácil comprobar que Madrid y Cataluña están más o menos en el lugar que les corresponde. De hecho, hay una fuerte correlación entre las regiones del régimen común y son las forales las únicas que se salen del gráfico. Mirando el detalle, quizás pueda decirse que Madrid, Baleares o Valencia salgan algo perjudicadas, mientras Canarias, Asturias o Castilla y León salgo algo beneficiadas. Según ha apuntado Ángel de la Fuente, las características de estas regiones (número de menores, el envejecimiento de la población, que hace que se obtenga menos recaudación y más gasto en pensiones, la dispersión, la dependencia,...) son algunos de los factores que explican estas diferencias: