El desastre de las cajas españolas tiene desde ayer un nuevo capítulo completo. Con la venta de Catalunya Banc al BBVA se completa la operación de rescate y saneamiento del que, en términos proporcionales, es probablemente el mayor fiasco del sistema financiero público.
En total, las administraciones públicas, a través del Frob han metido en la entidad catalana hasta 12.624 millones de euros. Como mucho, se recuperarán los 1.187 millones que ha ofertado el BBVA. Y eso si no hay que ejecutar las muchas garantías que se han ofrecido tanto a Blackstone cuando se hizo con la cartera de hipotecas como a la entidad presidida por Francisco González (es decir, que la factura podría ser incluso superior si las cosas no salen como está previsto).
En este sentido, hay que destacar que, a pesar de que BBVA ha sido el que más dinero estaba dispuesto a pagar por el negocio del banco catalán, la cuantía que ha desembolsado resulta irrisoria en comparación con las ayudas públicas. La única conclusión que se puede sacar es que, ni siquiera tras esa inyección de dinero, se fiaban los inversores del estado de las cuentas de la entidad.
Así, el Gobierno daría por perdidos en esta operación la friolera de 11.600 millones de euros. Si dividimos esta cuantía entre las 47 millones de personas que viven en España, cada residente (hombres, mujeres y niños) asumiría un coste de 256 euros de media por el rescate de Catalunya Banc.
Como el coste de sanear Catalunya Banc se abonará vía impuestos, si tomamos como referencia a los 16,6 millones de cotizantes que hay en España, según los últimos datos de afiliados a la Seguridad Social en junio, la cifra que tendrá que abonar cada trabajador asciende a 759 euros de media.
Minimizar el coste
A pesar de que la operación ha resultado un fracaso para las arcas del Estado, el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, ha asegurado este martes que "con ella se ha conseguido minimizar el coste para el contribuyente". Latorre ha destacado que la venta en dos partes, primero de una cartera de hipotecas problemáticas al fondo Blackstone, y luego del grueso de la entidad al BBVA ha permitido sacar el máximo valor a Catalunya Banc. Y así se ha conseguido minimizar el coste para el contribuyente, por lo que, en su opinión, el proceso de reestructuración y saneamiento del sistema financiero español "sigue avanzando de forma adecuada".
- Préstamo de 1.250 millones: desde el momento de su creación, el grupo fruto de la fusión de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa empezó a recurrir a las ayudas públicas y solicitó un préstamo de 1.250 millones con la promesa de que los devolvería.
- Inyección de 1.718 millones: el tiempo demostró que lejos de retornar un solo euro a las arcas públicas, el grupo era incapaz de cumplir con las exigencias de capital y tras suspender las pruebas de estrés europeas, el Estado acabó dando por perdidos los primeros fondos aportados e inyectándole 1.718 millones más.
- Ayuda europea, 9.084 millones: aún así no era suficiente para reforzar un grupo, cuyas cajas habían llevado a cabo una política de riesgos totalmente imprudente, como lamentaron recientemente en el FROB, y que hizo que acabara necesitando 9.084 millones de la ayuda europea a la banca española.
- Fondo de Garantía de Depósitos, 1.000 millones: a estas ayudas públicas se une la aportación de más de 1.000 millones que llegó desde el Fondo de Garantía de Depósitos (es decir, del resto del sistema financiero) para dar liquidez a los miles clientes a los que vendió participaciones preferentes y deuda subordinada.
- Hipotecas tóxicas, 572 millones: a pesar de todo, el Estado se vio obligado la semana pasada a poner otros 572 millones para que Catalunya Banc se quitara de encima casi 6.400 millones de euros en hipotecas tóxicas, pues casi seguro que con ellas encima ningún banco hubiera estado dispuesto a pujar.