Primero, fueron los autobuseros con Blablacar; después, los taxistas con Uber y ahora, los hoteleros con Airbnb. Las crisis y la revolución de las nuevas tecnologías han hecho aflorar lo que ahora se conoce como "consumo colaborativo", una práctica que se ha convertido en la peor pesadilla de un gran número de sectores altamente regulados en España.
Se trata de plataformas online que ponen en contacto a propietarios y usuarios con un fin común; ya sea irse de viaje, realizar un trayecto en coche por la ciudad o alquilar un apartamento para las vacaciones a unos precios muy competitivos. Las diferentes patronales afectadas acusan a estos portales de "intrusismo laboral, competencia desleal y de prestar un servicio ilegal". Todas coinciden también en denunciar "la pasividad de la Administración" ante su proliferación.
A pesar de que consideran que la actuación del Gobierno y las CCAA no es suficiente ante estas "amenazas" a sus sectores correspondientes, lo cierto es que ya se han tomado algunas decisiones desde la Administración que no han estado exentas de polémica.
El pasado martes, la Generalidad de Cataluña impuso una multa de 30.000 euros a Airbnb, el popular portal que permite reservar alojamientos de particulares de todos los países del mundo. Cataluña considera que esta compañía estadounidense comercializa apartamentos turísticos de forma ilegal en su territorio y que su actividad "supone una competencia desleal" con el resto del sector. Además, la Generalidad también acusa a la web de ofrecer habitaciones en domicilios particulares, algo que prohíbe su legislación.
"Preocupación" en el sector turístico
A nivel nacional, el sector turístico respalda la decisión de Cataluña. Ayer miércoles, José Luis Zoreda, el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, que reúne a todos los representantes de la actividad turística, mostró su "honda preocupación por la formación de una economía sumergida mal llamada colaborativa" en el alquiler de pisos turísticos por grandes portales online "que ejercen de intermediarios con ánimo de lucro al margen de cualquier regulación".
"Nos inquieta y nos preocupa" la aparición de este tipo de páginas y "pedimos a las Administraciones que les exijan los mismos sistemas de control para operar que a nosotros, sin buenismos ni permisividades", señala Zoreda.
En este sentido, destacan que se ha producido "un crecimiento galopante" del uso de la vivienda turística no reglada; el número de turistas extranjeros alojados hasta mayo en España en este tipo de viviendas creció un 28,4% en el periodo de 2009-2014 "tensionando a la baja los ingresos de la hotelería".
Desde Exceltur, consideran que las sanciones son "un punto importante" de la regulación, pero que "no hay que precipitarse" con la elaboración de una normativa sobre el alquiler de viviendas turísticas, "un aspecto que es competencia de las comunidades autónomas", dice Zoreda.
El vicepresidente ejecutivo de Exceltur reconoce que los propietarios de sus viviendas llevan alquilando sus pisos libremente como destino vacacional "toda la vida", pero considera que "la visibilidad que le han dado estas nuevas plataformas requiere una regulación específica".
Zoreda ha afirmado que para poner en marcha un hotel "se requieren más de 200 trámites burocráticos" y cree que tienen que estar "en igualdad de oportunidades" con los pisos de los particulares. Preguntado por Libre Mercado si, para estar en igualdad de oportunidades, no sería mejor pedir a la Administración una regulación más laxa para ellos (en vez de más dura para los demás), Zoreda declara que ellos "no quieren menos regulaciones porque de ser así mermaría la calidad del servicio".
Preguntado también sobre las declaraciones de varios miembros de la Comisión Europea o del propio Ministro de Economía, que han recomendado a los taxistas,que piden el cierre de Uber, una app para compartir conductor, "adaptarse al mercado", el vicepresidente ejecutivo de Exceltur ha relacionado este consejo con que "los políticos se quieren quitar el muerto de enmedio cuando hay elecciones".