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FAES pide reducir el número de contratos y cambiar el diseño de la prestación por desempleo

La fundación presenta Reflexiones sobre el mercado de trabajo. Propone reforzar el papel de las ETT y dar control al parado sobre su formación.

Con más de cinco millones de desempleados, es lógico que se sucedan los estudios sobre el mercado laboral español. Este martes, le tocaba el turno a FAEs, la fundación más cercana al PP, que presentaba su informe Reflexiones sobre el mercado de trabajo en el curso de verano que cada año realiza en la sierra madrileña.

El documento recoge las aportaciones de una decena larga de académicos, que han analizado diversos aspectos del mercado laboral español y los han comparado con cómo se hacen las cosas en algunos de nuestros vecinos europeos. Cada capítulo es obra de un autor y sólo éste responde de lo que allí expone. Sin embargo, FAES ha agrupado las aportaciones de estos académicos y ha realizado un decálogo con las medidas que sería necesario adoptar para dar un paso más en la reforma del mercado laboral que comenzó en 2012.

La mayoría son propuestas muy genéricas, pero apuntan en la dirección que han esbozado la mayoría de los organismos que se han pronunciado sobre el tema en los últimos años: reducir las modalidades de contratación, cambiar la prestación por desempleo o mejorar la colaboración entre las ETT y los servicios públicos de empleo.

1. "Ahondar en la simplificación contractual haciendo converger los costes de todos los contratos en niveles más moderados, incluidos los costes de despido": simplificar el número de modalidades de contratación es una asignatura pendiente del mercado laboral español. Se ha hablado mucho del contrato único, aunque el Gobierno ha negado esta opción por activa y por pasiva. Sin llegar a este extremo, se podría reducir el número de contratos y reducir la brecha entre fijos y temporales, un camino que ya se emprendió en la reforma de 2012.

2. "Complementar con ayudas del Estado eventuales reducciones del salario mínimo para favorecer la contratación de colectivos específicos garantizando su nivel de bienestar": tocar el salario mínimo es muy complicado políticamente. El problema es que más allá de la demagogia que acompaña al tema, lo cierto es que obligar a un empresario a pagar un sueldo reduce las posibilidades de que contrate al empleado. Para la mayoría de los trabajadores, el SMI no es un problema, porque sus puestos de trabajo están remunerados muy por encima de ese límite. Pero para determinados colectivos (jóvenes o personas que llevan mucho tiempo en paro), la única forma de acceder al mercado laboral puede ser a través de un salario reducido. FAES propone rebajar el SMI para estos colectivos y que sea el Gobierno, con algún tipo de subsidio, el que complemente los ingresos del empleado.

3. "Concentrar un importe sustancial de la prestación por desempleo en los primeros meses de vigencia, sin perjuicio de mantener, o incluso aumentar, el volumen total de la cuantía": el diseño de la prestación por desempleo en España ha sufrido numerosas críticas. No es tanto la cuantía o la duración (hay países en Europa con cifras similares) como por los incentivos que ofrece a los desempleados. Según el Observatorio Laboral de la Crisis de Fedea, entre dos parados con las mismas características (edad, tiempo en desempleo, profesión,...), uno con derecho a prestación y otro que no, el primero tiene la mitad de posibilidades de encontrar un trabajo. FAEs propone subir el subsidio en los primeros meses e ir reduciéndolo de forma más rápida.

4. "Avanzar en la reducción de los costes generales vinculados a la contratación, con una evaluación de la eficacia de la multitud de bonificaciones actuales": la mayoría de los estudios coinciden en que la política de bonificaciones no tiene efectos sobre la cantidad de empleo neto. Lo que hacen los empresarios es cambiar de fichas (contratan a un empleado que dé derecho a la ayuda a cambio de otro que no tenga esa característica). FAES propone rediseñar estas políticas.

5. "Aumentar la penetración de las Agencias Privadas de Colocación y de las ETT en la intermediación para activar a los desempleados": España es uno de los países de Europa en los que las agencias privadas tienen un peso más bajo en la búsqueda de empleo para los parados. En el norte del continente, lo más habitual es que exista una cercana colaboración entre servicios públicos y empresas privadas, que suelen tener incentivos en función del número de contratos que consigan.

6. "Garantizar una adecuada retribución a la formación continua de los trabajadores como incentivo a la inversión en capital humano": uno de los mayores problemas de los trabajadores españoles está en su bajo nivel de formación, una cuestión en la que tiene mucho que ver el alto porcentaje de temporales. FAES pide que se destinen fondos a mejorar la capacitación continua de la fuerza laboral como primer paso para mejorar su productividad.

7. "Mejorar la transparencia y evaluación de las políticas activas y aumentar la libertad de elección del desempleado con medios como el Cheque Formación": los famosos cursillos del paro llevan en el ojo del huracán unos meses. Pero más allá de la polémica por el desvío de fondos, lo cierto es que no están dando los resultados buscados. FAES pide que sean los propios parados, a través de un sistema de vocuhers, los que decidan qué quieren hacer con el dinero que se destina a su formación.

8. "Reforzar la seguridad jurídica de la negociación colectiva": la Reforma Laboral avanzó en esta dirección, pero numerosas sentencias judiciales han puesto en duda la eficacia real de algunos de sus preceptos. FAES propugna que se consolide aquel designio. La desjudicialización de los conflictos laborales (con los costes, tanto en dinero como por la incertidumbre que acarrea) es una petición clásica de los empresarios españoles.

9. "Abrir una reflexión general sobre el modelo de empleo público en España orientada hacia un esquema de incentivos que procuren una mayor eficiencia": un tema tabú, el estatus de los empleados públicos. España tiene una de las tasas de empleados públicos con puesto asegurado más altas de Europa. En los países de la UE, un elevado porcentaje de los trabajadores del Estado tienen una relación laboral muy parecida a la de sus vecinos del sector privado. No parece sencillo que ningún Gobierno se atreva a abrir este melón.

10. "Acompasar las reformas del mercado laboral con otras tendentes a eliminar burocracia y trabas administrativas que flexibilicen y dinamicen los mercados": no es exactamente una reforma de mercado laboral, pero la idea de sus promotores es facilitar al máximo todo lo que rodea a la contratación de un empleado. La burocracia es un enorme coste para los empresarios y parece lógico suponer que aligerar esta carga les permita dedicar tiempo y recursos a su negocio, incluyendo a la contratación de nuevos empleados.

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