Hablar de motos chopper es hablar de Harley-Davidson. Con más de un siglo a sus espaldas, la marca de motocicletas favorita de los rebeldes no cesa de batir récords. El pasado año, la estadounidense cosechó unos beneficios netos de 540 millones de euros, una facturación de más de 3.800 millones de euros y vendió más de 270.000 motocicletas en sus concesionarios, distribuidos por 84 países. Pero, ¿cómo nació la mítica Harley-Davidson?
Los orígenes de este fabricante de motos se remontan a 1903, cuando dos jóvenes de Milwaukee, William S. Harley y Arthur Davidson, idearon su primer modelo de competición en el patio trasero de la familia Davidson. Al año siguiente, ya tenían una producción de más de una docena, con lista de espera incluida.
Ante la ingente cantidad de trabajo, William y Walter Davidson, hermanos de Arthur, se unieron en la aventura empresarial como mecánicos. Para 1907, la producción de este pequeño taller ascendía ya a 150 unidades, actividad que creció exponencialmente durante la Gran Guerra, donde Harley-Davidson respaldaría al Ejército como fabricante y proveedor oficial, suministrando miles de motos y vehículos.
Tras la Guerra y el triunfo americano, la empresa expandió su actividad más allá de sus fronteras naturales. Con presencia en 67 países distintos, las motocicletas se convirtieron en un icono del sueño americano. Pero con el crack del 29 la economía mundial se vino a pique y Harley-Davidson también. Los jóvenes empresarios tuvieron que adaptar su industria y métodos de fabricación para optimizar el gasto.
Pasada la tormenta, Harley Davidson volvió a repuntar en la década de los 30 y más tarde en la Segunda Guerra mundial, que, a pesar de ser la segunda barbarie en algo más de dos décadas, significó una segunda edad de oro para la fabricante estadounidense. Tal fue así, que, a raíz de la II Guerra Mundial, los excombatientes americanos trasladaron sus viejas motos de guerra al asfalto estadounidense. Tras quitar la chatarra y blindaje pensado para una moto de guerra, el resultante fue lo que poco a poco se ha conocido como choppers.
Tras la guerra contra Corea, la fábrica de motos dejó de disfrutar de la posición de privilegio de ser el proveedor oficial del Ejército más potente del mundo. Los jeeps acabaron con la hegemonía de las motocicletas.
Aún así, Harley-Davidson se abre paso como "rey de la carretera" gracias al Rock and Roll de Elvis y la magia de Hollywood. Películas como Rebelde Sin Causa, The Wild One o Easy-Rider marcaron estereotipos, modas y encumbraron a las motocicletas custom a la leyenda.
Pero con la llegada de la segunda gran crisis económica del siglo XX, allá por los años 70, la bajada del mercado propició que American Machinery and Foundry (AMF) comprara la compañía fundada en su día por los dos jóvenes de Milwaukee. AMF, para evitar la bancarrota, llevó a cabo una política de incremento de producción en detrimento de la calidad. La compañía abrió nuevas plantas y diversificó sus productos hasta tal punto que desapareció el espíritu de la marca Harley de los nuevos prototipos.
El resultado de estas políticas empresariales fue tan desastroso que la competencia japonesa superó holgadamente a Harley Davison. No sería hasta 1980 cuando la compañía volvería a impulsar los prototipos que en el pasado la encumbraron al éxito. Gracias a la entrada de 13 inversores, entre los que se encontraban el nieto de Artur Davidson, Willie G.Davidson, la automotriz dejó de ser propiedad de AMF.
A partir de ese momento, Harley dejará de compararse con su competencia oriental y tratará de ser fiel a su espíritu fundacional. En 1984, Harley-Davidson lanza su serie de motocicletas Softail, que desarrolló gracias a las mejoras en la suspensión trasera del "Shock Sub" testado por el ingeniero Missouri Bill Davis.
Otro de los modelos de la década que permitieron volver a despegar a la americana fue Sturgis, de la que hicieron dos ediciones debido al éxito cosechado. Pero, sin duda alguna, la seña de identidad de Harley en los 90, Fat Boy, afianzó de forma definitiva la recuperación de la marca. Hoy, hablar de chopper es hablar de Harley.