"El oro, que no generaba ningún beneficio en las cámaras y generaba costes de almacenamiento, ahora se convierte en un activo productivo que generará beneficios". ésa es la nota explicativa del Banco Central de Ecuador, que ha llegado un acuerdo con el grupo de banca e inversión Goldman Sachs para prestar la mitad del oro del país a cambio de réditos de entre 12 y 14 millones de euros anuales.
En total, las 644.000 onzas serán intercambiadas durante un período de tres años por 580 millones en instrumentos financieros denominados en "dólares de alta calidad" y con elevada liquidez, cuya posesión le generarán al país beneficios seguros cada año.
De esta forma, este canje oro-dinero ayudaría al Gobierno de Correa a evitar la bancarrota del Estado. Esta tesitura económica no es la primera vez que ocurre en el país del Pacífico, que hace cuatro años declaró en suspensión de pagos una emisión de bonos que debería haberse amortizado por un importe nominal de 3.200 millones de dólares -2.300 millones de euros-.
Asimismo, la situación de alto endeudamiento generada por el Ejecutivo de Correa estos últimos años obligó al país iberoamericano a acudir a China como nueva fuente de financiación, con un acuerdo de préstamo por 8.100 millones de euros.
La imposibilidad de Correa de hacer frente al alto déficit a base de "imprimir billetes", debido a que su moneda oficial es el dólar americano, genera que a nivel fiscal no tienda a la hiperinflación, pero que a su vez no haya liquidez en el mercado ecuatoriano.
El acuerdo alcanzado entre Goldman Sach y Correa es similar al propuesto a Venezuela en su día, en donde se negoció 1,4 millones de onzas de oro que hubieran reportado a la República Bolivariana 1.680 millones de euros, con un tipo de interés interbancario de Londres a tres meses de más de 7,5%.
Sin embargo, el Gobierno de Nicolás Maduro, pese a sufrir una elevada inflación y tener que afrontar deudas a corto plazo por valor de 40.000 millones de dólares, finalmente, se negó a llevar a término el acuerdo.