Metro de Madrid acelera sus planes comerciales. Los responsables del suburbano madrileño llevan presumiendo todo el año de que la empresa de transportes va a aumentar sus ingresos sin subir el precio del billete, por lo menos, en 2014.
¿Cómo lo van a conseguir? El pasado lunes, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, desveló algunas pistas en un desayuno informativo: Metro quiere ser un centro comercial. Ojo, este propósito no implica que la compañía vaya a dejar de transportar viajeros, lo que significa es que va a multiplicar la superficie de las zonas comunes que está disponible para que las empresas pongan allí sus tiendas.
Actualmente, un total de 37 tiendas ocupan 1.080 metros cuadrados de una superficie comercial que se distribuye alrededor de los 293 kilómetros de líneas que tiene la red. Del total de comercios, el 38% son tiendas de ropa, el 17% cafeterías, el 14% bollerías, el 7% locales de fotocopias y el resto lo completan un establecimiento de frutos secos, dos de golosinas, uno de fotografía, uno de música y uno de marroquinería.
Ahora, la idea de Metro es que esos 1.080 metros cuadrados se conviertan en 125.000, lo que significa que el 25% del espacio total de la red de Metro estará ocupado por tiendas. "Hemos construido una extraordinaria red de metro en estos años, prácticamente una ciudad debajo de la ciudad por la que circulan casi dos millones de viajeros al día, hay inmensos espacios que en estos momentos son plenamente aprovechables, que hasta ahora solo en una pequeña parte utilizados", dijo González.
Fuentes cercanas al proceso, han explicado a Libre Mercado que ya se ha enviado un decreto al Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid. Después de esto sólo falta que las consejerías correspondientes (Transportes y Economía) presenten sus alegaciones. La norma estará aprobada antes del verano. En el texto se especifica "que el límite máximo de superficie destinada a usos comerciales será del 25%".
Críticas de los comerciantes
La Confederación de Comercio de Madrid (COCEM), la Asociación de Comerciantes de Metro y la Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad de Madrid ya han rechazado de lleno la propuesta.
En COCEM dicen que el proyecto "es una apuesta por el modelo de las ciudades subterráneas canadienses", cuando lo que debería de hacer la Comunidad de Madrid es "dinamizar el comercio urbano de proximidad". Por otro lado, los comerciantes del metro advierten de que esta medida se ha llevado a cabo para facilitar "la entrada de franquicias en detrimento del pequeño comerciantes".
Desde la Asociación Empresarial de Hostelería afirman que "esta medida hundiría a muchas pymes de hostelería madrileñas en los entornos de las bocas de metro" y que "el Metro de Madrid no puede convertirse en un lugar de competencia para los empresarios de hostelería madrileños".
Fuentes de Metro de Madrid rechazan completamente estos argumentos y aseguran que "ampliar la oferta de superficie disponible para poner negocios lo único que hace es aumentar la actividad económica, generar empleo y darle más facilidades al comercio".
Desde la década de los 80, Metro de Madrid alberga en sus dominios negocios privados. "Pero estas tiendas están en una situación de alegalidad, ya que no tienen una norma específica que las regule. Es lo que vamos a hacer también, sus contratos los van a seguir manteniendo", dicen en Metro.
Lo que sí es cierto es que el modelo de negocio de los comercios del suburbano va a virar. "Queremos que un viajero pueda encontrarse en el suburbano las mismas tiendas que existen en las vías comerciales de la ciudad como Gran Vía o Serrano", dijo González. De estas palabras se desprende que es probable que también abran sus puertas dentro del suburbano enseñas conocidas. De hecho, la empresa de transportes ha asegurado a este periódico que ya hay "varias empresas de este tipo interesadas".