El estadístico sueco Hans Rosling, conocido por su trabajo en el Instituto Gapminder, ha protagonizado un interesante especial de televisión dedicado a estudiar la evolución del mundo en materia de desarrollo humano y bienestar. Lejos de adoptar una pose pesimista, Rosling ha presentado numerosos datos que respaldan una visión optimista de la evolución del mundo en los últimos siglos.
De entrada, el estadístico ha tocado la cuestión del crecimiento de la población, explicando su evolución a lo largo de la historia:
En el año 10.000 AC, cuando empezó a desarrollarse la agricultura, la población mundial era de apenas diez millones de personas. El paso del tiempo y el creciente progreso permitió que, mucho tiempo después, al comienzo del siglo XIX (DC), la población mundial llegase a los 1.000 millones de personas. Esto significa que en 11.800 años de historia, el crecimiento de la población mundial fue de 85.000 personas más cada año.
El gran cambio tiene lugar a partir del siglo XIX. La Revolución Industrial duplicó la población mundial en apenas un siglo: se pasó de 1.000 a 2.000 millones entre 1800 y comienzos del siglo XX. Para este periodo, mucho más breve, el ritmo medio de crecimiento de la población mundial fue de diez millones de personas más cada año. La cosa no acaba aquí, de hecho apenas empieza, porque a lo largo del resto del siglo XX hemos visto cómo la población global aumentó de 2.000 a 7.000 millones de personas.
Frente a quienes que suelen analizar el boom demográfico como una noticia negativa que nos conduce hacia un mundo insostenible, Rosling tiene una opinión mucho más favorable. "Tomemos el caso de Bangladesh. En 1972, año de su independencia, la esperanza de vida no llegaba a los 50 años y la tasa de fertilidad superaba los siete hijos por mujer. Hoy, en 2014, los habitantes de Bangladesh ya viven, de media, más de 70 años. Además, el número de bebés por cada mujer se ha reducido a 2,2", apunta el sueco.
¿Es este un caso aislado? Rosling no lo cree así, y para explicarlo recurre a la siguiente gráfica. En ella podemos ver diferentes burbujas que representan a todos los países del mundo. Las burbujas de mayor tamaño representan un mayor número de habitantes. Por su parte, los ejes representan la evolución de la tasa de fertilidad y la esperanza de vida.
Pues bien, comparando 1800 y 2012 vemos que la experiencia reciente de Bangladesh se parece mucho al desempeño global durante los dos últimos siglos: crece la población, cae el número de bebés nacidos por cada mujer y sube la esperanza de vida.
Si el cambio es notable entre 1800 y 2012, también lo es en el último medio siglo. En 1960, las economías más ricas tenían una tasa de fertilidad de dos hijos por cada mujer, pero la media global subía a más de cinco.
Sin embargo, las estructuras que se aprecian hoy en día reflejan una convergencia demográfica muy llamativa, ya que tanto la esperanza de vida como la tasa de fertilidad de los países en vías de desarrollo están acercándose a los niveles registrados en las economías más desarrolladas.
Un factor esencial para entender todo este proceso es la caída de la mortalidad infantil. En 1800, la pareja tipo tenía seis hijos pero cuatro morían jóvenes. Según Rosling, "la Revolución Industrial cambió esta situación: mejores sueldos, mejor alimentación, mejores condiciones sanitarias…
Así las cosas, en 1960 ya vemos que las cosas habían cambiado mucho. La pareja tipo tenía cinco hijos y la mortalidad infantil solamente se llevaba a uno. Ahora, por fin llegamos al equilibrio: la natalidad se acerca a una media de dos hijos por pareja, pero la mortalidad infantil se ha reducido tanto que lo normal es que ambos sobrevivan".
¿Cómo explicar, por tanto, el aumento de la población? "Es cierto que, según la mayoría de estimaciones, la población mundial va a crecer de 7.000 a 11.000 millones de personas a lo largo del próximo siglo. Sin embargo, el número de niños se va a mantener constante, en el entorno de los 2.000 millones.
La explicación la tenemos en la mayor esperanza de vida que disfrutan hoy todos los países. Ése es el motivo de que la población vaya a seguir creciendo durante buena parte del siglo XXI", explica el profesor nórdico.
Rosling también subraya que las condiciones de vida de esa población creciente no tienen por qué ir a peor. De hecho, el estadístico espera que la pobreza seguirá reduciéndose, tal y como viene ocurriendo desde la Revolución Industrial.
Según Rosling, "aunque la pobreza aún afecta a una de cada siete personas, la situación ha mejorado notablemente en los últimos años. Desde nuestra atalaya de países desarrollados puede parecer que los cambios son pequeños, pero cuando uno baja al terreno y comprueba la realidad, entonces es consciente de que las cosas sí están mejorando notablemente".