El Centro de Estudios Políticos de Londres ha llevado a cabo una investigación donde atisba las variables que ayudan a que un país genere multimillonarios. La importancia de ello es máxima, ya que el éxito de unos ayuda a aupar la economía individual del resto.
Bajo el nombre de SuperEntrepreneurs. How your country can get them, el estudio muestra cómo Estados Unidos produce un tercio de los multimillonarios de todo el orbe, sólo superado por Hong Kong e Israel cuando se divide entre la población.
Los bajos impuestos, el acceso a financiación, la estabilidad regulatoria y el fomento de la cultura empresarial son las claves que ayudan a generar empresarios de éxito.
El empresario en positivo
¿Por qué las grandes empresas son yankis? Empresarios de la talla de Bill Gates, Warren Buffet, Larry Page, Mark Zuckerberg o el fallecido Steve Jobs son una saga de soñadores que relevaron a su vez a otra generación de empresarios como Henry Ford, Thomas Alva Edison, John D. Rockefeller o Walt Disney.
El sueño americano no es más -ni menos- que el fomento del emprendimiento, donde no existan favoritismos ni monopolios que entorpezcan el fruto de la noble competitividad empresarial. En este sentido, destaca una encuesta del el barómetro 2013 de la auditora Ernst & Young , realizado en EEUU, donde el 43% de los encuestados considera que el fracaso de un proyecto empresarial, lejos de perjudicar, es una oportunidad para aprender.
En este sentido, el fomento de una cultura a favor de la empresa, donde se premie el esfuerzo y la tenacidad, es vital para generar riqueza. El estudio del Centro de Estudios Políticos de Londres valora positivamente la estrecha relación existente entre la institución universitaria y el sector empresarial. El ejemplo más visible es el de la Universidad de Stanford y Silicon Valley, pero hay otros muchos, como la Universidad de Nueva York o el nuevo campus de alta tecnología de Cornell.
En nuestro caso, según el anuario The Global Competitivenes Report de 2013, las escuelas de negocio españolas, en su conjunto, están en el cuarto puesto del ranking mundial. Por su parte, en la lista del Financial Times de los mejores MBA (Master in Business Administration), hasta tres escuelas españolas se colocan entre los primeros 22 puestos del mundo.
Esto se contrapone con los resultados mostrados por el estudio PISA 2012, que sitúa a la escuela española en el puesto 23 de los 28 de la OCDE. En el caso de la educación universitaria los datos no son mejores. En el último World University Ranking que recoge a las mejores universidades de todo el orbe, no hubo representación española alguna en los primeros 200 puestos.
Bajos impuestos y fluidez del crédito
Una política fiscal abusiva desalienta el espíritu empresarial. El peso del Impuesto de Sociedades en el PIB nacional en países como Canadá o Nueva Zelanda alcanza el 10,4% y 4,4%, respectivamente. Por su parte, Estados Unidos destaca por su baja recaudación, donde el peso de Sociedades en el PIB se sitúa en apenas el 2,6.%. El Gobierno americano consigue así perjudicar menos a sus empresas al anexionarse una porción pequeña del beneficio que consiguen éstas.
En cuanto a la fluidez del crédito, el barómetro de la auditora Ernst & Young destaca la "alta y eficiente liquidez" del sistema financiero norteamericano. Una amplia red de inversores, empresas de capital riesgo, bancos con fáciles líneas de crédito, además de las nuevas soluciones crowdfunding consiguen que el capital fluya a todos los niveles, permitiendo así el emprendimiento.
El marco regulatorio
Por último, la regulación puede ser la llave del éxito o la causa del desastre. El estudio anual de World Bank Group, Doing Business, destaca cómo las economías con menor burocracia y regulación son las más transparentes y las que generan mayor facilidad de emprendimiento. En el caso de la economía que más multimillonarios genera, Estados Unidos, su regulación flexible le coloca en el cuarto puesto del pódium.
Este ranking se configura a partir del análisis de la regulación en materia de formación, funcionamiento empresarial, costes de tiempo por burocracia, capital mínimo para iniciar un negocio o la obtención de permisos, entre muchas otras variables. A diferencia de las economías más boyantes, España se posiciona en un tímido puesto 52, por detrás de países como Polonia, Portugal, Irlanda o Malasia.