Éxito es la palabra más repetida tanto por el Gobierno como por las diferentes asociaciones de vendedores de vehículos para definir los cinco planes aprobados hasta el momento para subvencionar la compra de coches. Entre los diversos Planes PIVE y Pima Aire se han gastado más de 600 millones de euros en subvencionar a un sector bajo el pretexto oficial de destruir la vieja flota de vehículos y, de este modo, contaminar menos.
Sin embargo, mientras el Gobierno y los representantes del sector se felicitan por estos planes de ayudas y resaltan las grandes ventajas del PIVE, el sistema ha generado toda una trama fraudulenta entre concesionarios, chatarrerías y vendedores de coches de segunda mano. Como ya pasó en las anteriores convocatorias del programa, en el PIVE 5 no hay ningún requisito ligado a la duración de la titularidad del coche que hay que entregar para hacer chatarra. Así pues, se puede utilizar cualquier chatarra inservible que esté a nuestro nombre unas horas antes y acudir al concesionario para entregarla y conseguir la subvención correspondiente.
El vacío de una norma que obligue a una duración determinada de titularidad del coche que se lleva a achatarrar está provocando todo un mercado de compraventa de coches inservibles para acceder a las subvenciones públicas. Abundan en las web de segunda mano anuncios como estos, en los que una característica es "vehículo ideal para plan PIVE" o "exclusivo para PIVE, no para circular". Estos vehículos, que en condiciones normales irían a parar al desguace, son una oportunidad para que su dueño gane algo de dinero y al que se lo vende se ahorre hasta 3.000 euros.
Sin embargo, el fraude no acaba aquí. Tal y como ha podido comprobar Libre Mercado, el propio concesionario te ofrece beneficiarte del PIVE aunque ni siquiera tengas coche de más de diez años que entregar. Es decir, ellos dan de alta y de baja a nombre del cliente un coche de más de diez años en el momento que se compra el vehículo nuevo. El propio vendedor, al interesarse por un vehículo, lo primero que pregunta es si tiene algún coche para entregar y así poder favorecerse de la subvención. Hasta aquí todo correcto. El problema es que cuando le dice que "no" -o que tiene uno antiguo del que aún no se quiere deshacer-, su respuesta es: "No hay problema, nosotros te lo ponemos".
En un concesionario del centro de Madrid, al hablar unos minutos con la vendedora y comentarle la imposibilidad de entregar el coche antiguo, ella asegura que "se puede buscar uno, hay que hablar con un desguace. Por 500 euros, lo compras, lo pones a tu nombre y se encarga de todo el desguace". Hay que recordar que el fin de esta subvención es acabar con la flota antigua y más contaminante de los coches que hay en circulación, pero si se da de alta y de baja el mismo día un coche que ya está para chatarra, la realidad es que este plan de incentivo al vehículo eficiente se queda en una simple ayuda para comprar un coche sin ningún tipo de justificación. Es decir, un despilfarro más del Gobierno para favorecer a un sector muy concreto a costa del contribuyente.
"Otra posibilidad es si tuviéramos un coche de desguace. Tendrían que pagar los 500 euros de lo que son los trámites, y se podrían beneficiar del plan PIVE", es lo que nos responde otro vendedor de un concesionario distinto. "Yo haría lo siguiente, llamo al desguace para ver si tienen algún coche disponible de más de 10 años, si me confirman que sí tienen, lo ponemos a tu nombre, se da de baja y todo lo hace nuestra gestoría en una tarde", nos dice.
De esta manera, todos ganan: el concesionario vende un coche, el desguace gana 500 euros por vender una chatarra que, posiblemente, le hubiese generado pérdidas y el cliente se ahorra más de 1.500 euros en la compra de su vehículo, y todo esto a costa del dinero del contribuyente. En este concesionario incluso nos entregan un presupuesto donde incluyen como "gastos del Plan PIVE" la compra del coche viejo para aprovecharte de la subvención.
La culpa de este fraude y de la picaresca que ha generado esta subvención radica, como no puede ser de otra manera, en la propia subvención en sí. El Gobierno está ayudando al lobby del automóvil con más de 600 millones de euros en un momento de caída del consumo y bajo la excusa de eliminar de la circulación coches muy contaminantes. Pero la realidad es que lo que está sucediendo no es eso, porque los coches que se están dando de baja con el plan PIVE son, en su mayoría, coches que ya no se utilizan, que ya están retirados del funcionamiento, que ya son chatarra.
Al preguntar a estos vendedores si esto es legal, si se puede hacer y si es lo que se está haciendo habitualmente, todos afirman que, efectivamente, es lo que se hace. Incluso saben cómo se cortaría esta situación, este fraude: "Al Estado le da igual de quién es el coche, lo que quieren es que se destruya. ¿Cómo cortaría el Estado esto? Pues diciéndote: 'Vale, te beneficias, pero, como mínimo, el coche ha tenido que estar puesto a tu nombre un año'".
Pero como dos casos no confirman la regla, nos dirigimos a otro concesionario para comprobar si estas prácticas son también habituales. En este caso en el barrio de Ciudad Lineal. La situación es la misma: no queremos entregar nuestro Opel de 11 años porque todavía lo queremos seguir usando. "No pasa nada, nosotros le buscamos uno, se ahorra 2.000 euros, 1.000 del fabricante y 1.000 del Gobierno. Nosotros le facilitamos un coche por 400 euros. Tú me compras dos coches en vez de uno solo", es la respuesta del vendedor.
Al preguntar si esto es legal, el vendedor responde: "Sí, nosotros compramos un coche antiguo de más de 10 años, lo transferimos a tu nombre y lo damos de baja a tu nombre. Es totalmente legal y se hace habitualmente", asegura el comercial. Lo cierto es que es legal, pero es un fraude en cuanto al objetivo o espíritu oficial del plan: sustituir tu coche antiguo por uno nuevo. "Nosotros no hacemos cosas ilegales. Tú ni ves el coche, firmas dos papeles y te olvidas". ¿Y si el coche del desguace tiene multas y a los meses tenemos un problema? Para el comercial todo tiene solución: "No, los tenemos libres, y si hubiera alguna nos trae la multa y se la pagamos".
Tres de tres. En tres concesionarios de marcas diferentes y de lugares diferentes de la capital, la práctica habitual es vender un coche que se beneficie de 1.000 euros de dinero público sin entregar realmente un coche.
En otro concesionario de la misma zona también nos recomiendan un chatarrero de confianza. "Hay desguaces que los están vendiendo por 450-400 euros. Es que cambia bastante. Casi todo lo que se vende es con PIVE últimamente". Este vendedor recuerda que lo único que necesitamos es la baja por desguace, una fotocopia de la documentación del coche y el certificado de achatarramiento. "Lo compra y la misma casa de desguace le hace todo el papeleo en ese precio. Le voy a dar yo una fotocopia de nuestro desguace, es con el que nosotros solemos trabajar. Están cobrando 450 euros transferido ya con todo el papeleo, les dejo mi tarjeta y llaman de mi parte", recomienda.
En definitiva, cuatro casos de cuatro: para disfrutar de un coche más barato a costa del contribuyente se ha creado todo un sistema fraudulento entre concesionarios y desguaces mediante la compraventa ficticia (o pantalla) de coches viejos.
En menos de 3 años, 578 millones de euros
El primer Plan PIVE se aprobó en otoño de 2012 y estaba dotado con 75 millones de euros. Este primer Programa de Incentivos para los Vehículos Eficientes consistía en una ayuda de 1.000 euros aportada por el Ministerio de Industria del Gobierno de Zapatero. Como requisito, debía darse de baja un coche de más de 12 años y el vehículo adquirido debía tener unas emisiones reducidas sin superar los 25.000 euros. En la primera edición, dotada con 75 millones de dinero público, las marcas aportarían otros 1.000 euros al comprador.
Con el cambio de Gobierno, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha seguido subvencionando al lobby del automóvil con otros cuatro planes más y, previsiblemente, habrá un sexto en poco tiempo. En enero de 2013 se ampliaba el PIVE con 150 millones de euros, en Julio se dotaba de otros 70 millones de euros, a finales de ese año el cuarto plan inyectaba 70 millones, y el último, el quinto Plan PIVE, se aprobaba en enero de este año con 175 millones.
En 2012, pese al plan de incentivos a la compra de coches, la matriculación de automóviles rozó las 700.000 unidades, un 13,4% menos que un año antes. En 2013, las matriculaciones apenas crecieron un 3,3% más, hasta las 722.703 unidades. En lo que llevamos de año, se matricularon en España 202.128 coches, un 11,8% más que en el primer trimestre del año anterior.
Estas cifras no se pueden explicar sin el Plan PIVE. Además, en las últimas ediciones las condiciones para acceder a esta subvención se han hecho más laxas: el vehículo entregado para el achatarramiento debe ser un turismo de más de diez años o un comercial ligero de más de siete años. Las patronales de concesionarios se frotan las manos mientras agradecen al Gobierno una ayuda que sale, directamente, del bolsillo de todos los contribuyentes.