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Más de dos millones de parados, en riesgo de no encontrar trabajo nunca

Por primera vez, el número de desempleados eternos supera al de aquellos que llevan menos de un año sin un empleo.

Estar en paro no es fácil para nadie, pero es mucho más complicado según va pasando el tiempo. Todos los estudios apuntan a que las posibilidades de encontrar un trabajo se desploman a partir de un determinado momento. No hay una línea fija, pero los expertos hablan de entre seis meses y un año. Si se llega a esa situación, la vuelta al mercado laboral se convierte en un muro muy difícil de escalar. En España, casi 3,6 millones de parados han superado ese límite. Y lo que es aún peor, 2,3 millones llevan más de dos años sin trabajo. Cuando vuelvan las vacas gordas, ¿serán capaces de subirse al tren?

De todos los datos de la última EPA, publicada en enero, quizás el más preocupante fue uno que pasó desapercibido. Por primera vez, hay más parados eternos (si consideramos así a los que llevan más de dos años en situación de desempleo) que parados de corta duración (los que llevan menos de un año.

Como puede verse en el siguiente gráfico, sacado de Focus on Spanish Society, la publicación trimestral de Funcas, en 2007, la gran mayoría de los parados llevaban menos de un año en esa situación. Había rotación en el mercado laboral. Y la excepción eran aquellos que se quedaban al margen. Desde que comenzó la crisis, la tendencia cambió por completo. Ahora, los 5.896.300 desempleados se reparten así: 2.306.200 llevan menos de un año buscando trabajo; 1.280.600 llevan más de un año y menos de dos; y 2.309.500 llevan más de dos años.

No hay mucha diferencia entre la primera cifra y la última. Apenas tres mil desempleados. Pero es un dato muy significativo.

Parados según el tiempo en situación de desempleo

Siempre se ha sabido que permanecer en situación de desempleo va minando, poco a poco, las opciones del parado. Cada trimestre, el Observatorio Laboral de la Crisis de Fedea pone de manifiesto que el factor que más influye en la permanencia en el paro es el tiempo que lleva el candidato buscando un empleo. Podría decirse que hay dos ruedas: los que están dentro del mercado laboral y los que no. Los primeros pueden perder puntualmente su empleo, pero rápidamente vuelven a encontrar otro. El peligro es salir de esa dinámica: en ese momento, volver a entrar es complicadísimo.

¿Marginados?

Estos últimos días, se ha vuelto a hablar mucho del tema a raíz de la publicación de varios estudios académicos sobre el tema. Tim Harford, uno de los columnistas más famosos del mundo, lo ha recogido en sus artículos para el Financial Times. Son análisis sobre el mercado estadounidense, pero, en cualquier caso, los resultados son muy significativos.

El primer trabajo es de Rand Ghayad, un doctorando de la Northeastern University en Boston. Para estudiar el impacto del tiempo de desempleo, este economista envió hasta 4.800 CV a unas 600 ofertas de empleo y estudió la respuesta de las empresas. Sus conclusiones son muy significativas. Las compañías están dispuestas a perdonar otro tipo de deslices, pero no un paro de larga duración: "Candidatos con experiencia en la industria equivocada, pero que habían estado desempleados menos de 14 semanas, tenían tres veces más probabilidades de recibir una llamada del empleador que los candidatos con experiencia en la industria adecuada pero que habían estado desempleados más de seis meses. En todos los sectores, las empresas están, aparentemente, más interesadas en evitar el desempleo de larga duración que en buscar experiencia relevante".

Un paper publicado por Alan Krueger, Judd Cramer y David Cho para el Brookings Institution llega a interpretaciones similares. De hecho, "concluyen que la gente que ha estado fuera del mercado laboral más de seis meses son marginados: los empleadores los ignoran y prefieren, incluso, atraer trabajadores que lleven poco tiempo en paro con ofertas al alza en los salarios", antes que pagar menos a alguien que lleve mucho tiempo desempleado.

La lógica que está detrás de este comportamiento se basa en los prejuicios que sienten muchas empresas. Cuando alguien lleva más de un año en paro puede ser por mala suerte o porque no ha querido buscar con la suficiente intensidad. Da igual que la mayoría estén en esa situación sin ser culpables. Las empresas no se quieren exponer a coger a un vago. Por eso, directamente tiran a la papelera estos CV. Prefieren no arriesgarse. Pagan justos por pecadores.

La pregunta que se pueden hacer los parados de larga duración es si tienen salida. No es sencillo. La solución pasa por la formación. Y en esto tampoco España destaca. Casi el 80% de los fondos destinados al desempleo se dedican a subsidios. Es uno de los porcentajes más elevados de Europa. El foco está puesto en las ayudas directas, mientras se ignora la rehabilitación del trabajador.

En este sentido, hay que destacar que nuestro país dedica menos fondos a las llamadas políticas activas que muchos países con tasas de paro muy inferiores. Por ejemplo, Dinamarca, con un 7% de desempleo, casi gasta el 1,5% del PIB en formación y empleabilidad de sus parados. España se queda en el 0,6% del PIB. Y no es sólo cuestión de cantidad. Parece claro que los famosos cursillos del paro no están funcionando. De hecho, han sido protagonistas de numerosos escándalos en los últimos meses.

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