Ayer martes, arrancó la campaña de la renta de 2013, con el inicio del plazo para que los contribuyentes puedan solicitar el borrador del IRPF. Esta y otras citas con el fisco pueden resultar complicadas para los contribuyentes y son muchos los que acuden en busca de ayuda a gestores o asesores fiscales.
Pero, ¿qué sucede si se desliza algún error por parte del profesional que nos ha cumplimentado la declaración de la renta, el IVA o el impuesto de sociedades, o si lo presentan fuera de plazo?, ¿quién será el responsable ante Hacienda?
Para el fisco no hay dudas: el contribuyente corre con las consecuencias y tendrá que afrontar la sanción o el recargo que se le imponga. A partir de ahí, el particular podrá plantearse una posible reclamación al asesor fiscal y pedir responsabilidades.
Muchas asesorías tienen contratado un seguro de responsabilidad civil que responde en estos casos. Por ejemplo, la Asociación del Club del Asesor (ADECLA) a través de un acuerdo con la aseguradora Allianz, facilita a todos sus asociados la contratación de un seguro de este tipo.
Hay que tener en cuenta que la asesoría fiscal es una profesión que no está regulada y no existe una norma legal que les obligue a contratarlo, por lo que si el autor del error niega su responsabilidad o no quiere resarcir económicamente a su cliente, el único camino que le quedará a éste es recurrir a los tribunales.
Por ello, la mayor parte de asociaciones que representan al colectivo de asesorías fiscales recomiendan a los asociados la contratación de un seguro de responsabilidad civil que les permita hacer frente a las consecuencias económicas que se deriven de posibles errores en su asesoramiento.