En los últimos meses, economistas como José Carlos Díez han insistido en que el "boom" exportador que ha vivido España desde hace años estaba agotándose. Díez ha llegado a afirmar que "las exportaciones se desploman". Sin embargo, los datos oficiales de ventas al extranjero contradicen esta tesis. Así, si bien es cierto que los números del último trimestre de 2013 fueron algo inferiores, esta relajación se ha visto revertida con la llegada del nuevo año.
Los datos del Ministerio de Economía muestran un incremento interanual de las ventas al extranjero equivalente al 3,1%. Esto permite alcanzar la cifra de 18.434 millones de euros en el mes de enero. Por otro lado, la evolución de las importaciones ha sido negativa, ya que se ha producido un descenso del 0,6% frente al primer mes del año 2013. En suma, las compras de bienes y servicios producidos fuera de nuestras fronteras sumaron 21.252 millones de euros en enero de 2014.
Un indicador de interés para ponderar el "boom" exportador es la llamada "tasa de cobertura", que describe cuántas importaciones pueden financiarse con las exportaciones. Para enero, este dato reflejó un aumento interanual superior al 3%, alcanzándose una ratio de cobertura cercana al 87%.
La mejora de la economía de la Eurozona ayuda a impulsar las exportaciones. De esta forma, aunque la apreciación de la moneda única puede dificultar la entrada en mercados no europeos, el mejor comportamiento de la demanda en el Viejo Continente ayuda a mitigar ese efecto.
Desglosando los números de exportaciones, vemos que los ámbitos de actividad que más han aumentado sus ventas al extranjero son dos: por un lado, la alimentación, las bebidas y el tabaco; por otro lado, las semi-manufacturas no químicas.
Ambas categorías explican un tercio del aumento de las exportaciones observado en enero. Si nos fijamos en los productos químicos y las manufacturas de consumo, encontramos los otros dos sectores exportadores que empujan el crecimiento de las ventas al exterior.
"Solidez" de las exportaciones
El servicio de estudios del Banco BBVA apunta que "la solidez de las exportaciones" es uno de los factores que "podría estar adelantado un nuevo crecimiento de la inversión en maquinaria y equipo", un importante indicador de la mejora de la actividad económica.
Refiriéndose a la demanda exterior, BBVA explica que "los indicadores de expectativas y gasto sugieren que la ralentización observada en el segundo semestre de 2013 estaría empezando a revertir". Para llegar a estas conclusiones, el informe toma datos como la cartera de exportaciones de la industria o las ventas exteriores de las grandes empresas, determinando a partir de estos indicadores que la demanda externa va a seguir consolidando el fenómeno exportador español.
Un boom estructural
Si analizamos el periodo comprendido entre 2009 y 2013, encontramos que España disparó sus exportaciones un 50%. Estas ventas han ido a más en todos los frentes: crece la cuota de mercado en países emergentes, pero el made in Spain también gana peso en países ricos que no están en el euro, como Australia (140%), Singapur (115%), Canadá (90%), etc.
Pese a este excelente desempeño y esta ganancia de competitividad exterior, algunos economistas defienden que es necesario devaluar el euro. De nuevo es conveniente citar a José Carlos Díez, ya que el autoproclamado "economista observador" suele recomendar una depreciación del euro.
Sin embargo, el desempeño exportador de Gran Bretaña durante esta crisis desmonta este argumento. Así, aunque el valor de la libra frente a las principales divisas del mundo se desplomó un 20% como consecuencia de las medidas expansivas del Banco de Inglaterra, lo cierto es que el aumento de las exportaciones registrado en Reino Unido hasta 2013 ha sido casi idéntico al de Francia o Italia y muy inferior al de España o Alemania.
Cierto es que, el reducido tamaño de las empresas españolas complica la generalización del "boom" exportador. No obstante, solamente en 2012 se dio un aumento del 12% en la base de empresas exportadoras. Por tanto, el proceso de recuperación del tejido productivo puede ayudar a que esta internacionalización llegue a más compañías y a más sectores.
En suma, el "boom" exportador ha elevado el peso de las ventas al extranjero hasta niveles cercanos al 35% del PIB, lo que supone un crecimiento de alrededor de diez puntos en menos de un lustro y en plena Gran Recesión. La consecuencia de este fenómeno es que España es el tercer mayor exportador de la OCDE, solamente por detrás de Alemania y de Corea del Sur.
¿Significa esto que se han desplomado las importaciones? Veamos. En primer lugar, cabe señalar que entre dos tercios y tres cuartos del ajuste por cuenta corriente se han producido por una mejora de las exportaciones y no por una caída de las importaciones; en segundo lugar, cabe subrayar que más del 40% de la caída de las importaciones se explica por el efecto sustitución, término con el que denominamos al proceso por el cual los bienes y servicios made in Spain ganan cuota de mercado en detrimento de la producción llegada del extranjero.