Los ingresos corrientes de las familias están creciendo en el primer trimestre, lo cual no sucedía en cinco años -exceptuando el incremento aislado que tuvo lugar en el segundo trimestre de 2011-. En concreto, suben a un ritmo del 0,3% interanual. Ésta es una de principales novedades que incluye el último análisis trimestral elaborado por la consultora económica Barceló y Asociados.
La renta bruta de los hogares, que asciende a unos 680.000 millones de euros al año, consta de dos componentes: los ingresos corrientes (75% del total), en donde se incluyen los salarios, las pensiones y otras prestaciones públicas (desempleo, orfandad, invalidez, etc.); y las rentas derivadas de otras fuentes irregulares, como pueden ser los intereses de depósitos, alquileres cobrados, dividendos, etc.
Según el citado informe, se observa una mejoría de los ingresos corrientes de las familias por primera vez en el último lustro, que, si bien aún es muy exigua (+0,3%), supondría un nuevo punto de inflexión, ya que seguirán aumentando en los próximos meses gracias, sobre todo, al repunte del empleo. Dichas rentas suman unos 36.657 millones de euros al mes, lo que supone unos 104 millones extra respecto al primer trimestre de 2013.
Sin embargo, por el momento, este ligero incremento no obecede a la creación de empleo y subida de salarios, sino al mayor número de pensionistas y al aumento de la pensión media. "La suma de pensiones y otras prestaciones sociales creció 1,3% interanual, mientras que la masa salarial se redujo 0,1%", señala el estudio.
Medido en euros, "el total de salarios percibidos por las familias se redujo en 14 millones de euros mensuales, en tanto que el importe de las pensiones y prestaciones creció 118 millones de euros", añade. Lo relevante, pese a todo, es que "en los próximos trimestres también se registrarán aumentos que deberían apuntalar la marcha del consumo", según las previsiones de esta firma.
Durante la crisis, las pérdida de rentas salariales derivadas de la histórica destrucción de empleo se ha visto compensada, pero sólo parcialmente, por el aumento de prestaciones y pensiones públicas. Así, desde el primer trimestre de 2008, la masa salarial acumula una caída de 4.200 millones de euros al mes (-13,5%), mientras que el volumen de prestaciones y pensiones ha crecido en 2.600 millones mensuales (+36,8%), compensando así en casi un 60% la pérdida de rentas salariales. Pese a ello, los ingresos de los hogares han descendido en algo más de 1.600 millones de euros al mes durante la crisis, lo que supone unos 20.000 millones al año (2% del PIB).
Como consecuencia, los salarios, que en 2008 significaban el 82% del total de ingresos corrientes de las familias, ahora tan sólo representan el 74% (27.200 millones de euros al mes). Por el contrario, las pensiones y demás prestaciones elevaron su peso desde el 18% hasta un 26%, respectivamente (9.500 millones de euros mensuales). La masa salarial ha bajado al nivel de hace ocho años, mientras que la suma de pensiones y prestaciones resgistra máximos históricos.
Pese a ello, Barceló y Asociados estima que los ingresos de las familias subirán de forma progresiva en los próximos trimestres conforme avance la creación de empleo, se estabilicen los salarios y aumente el ritmo de pensionistas. "Nuestras previsiones sugieren que a finales de 2015, los ingresos corrientes de las familias retornarían al nivel que tuvieron en 2011 (unos 38.200 millones de euros mensuales)".
España sale de la UVI
En cuanto a la situación de la economía española, estos analistas indican que "la economía española dejó la Unidad de Cuidados Intensivos para quedar ingresada en planta" en los inicios de 2014.
Prueba de ello es el aumento del empleo en febrero, después de que el número de afiliados ala Seguridad Social registrara el primer incremento interanual en 68 meses, desde mayo de 2008, así como el crecimiento simultáneo de las exportaciones (+3,2% inteanual), la Inversión en Bienes de Equipo (+7,5%) y el Consumo final de los hogares (+1,1%) en el cuarto trimestre de 2013, lo cual no sucedía desde hace tres años y medio.
Sin embargo, dicha firma también señala que "no conviene olvidar lo esencial: el paciente sigue ingresado. No puede descuidar su dieta (seguir reduciendo el déficit fiscal) ni olvidar la toma de los medicamentos prescritos (implementación de las reformas aprobadas [...] y aprobación de las pendientes". Y advierte de que "exagerar el alcance de la recuperación puede hacer que el lógico optimismo degenere en complacencia. O, de modo alternativo, que se torne en decepción".
En este sentido, el informe destaca que no deberían olvidarse las razones por las que la recuperación española sea "lenta y frágil", como el hecho de mantener "una deuda privada excesiva (aunque declinante), una deuda pública también excesiva (y creciente), un déficit fiscal enorme a pesar de su reducción y la segunda tasa de paro más elevada de Europa".
Por ello, "aunque el viento a favor de la recuperación sopla para todos los países por igual (en particular la expansión monetaria), la economía de España es más vulnerable que el resto. Un ajuste súbito en los mercados financieros globales, tensiones geopolíticas que escalen más allá de lo aceptable (Ucrania) o una mayor inestabilidad en los países emergentes (con monedas que se han devaluado más del 20% por ejemplo en Brasil, India, Turquía y Sudáfrica), son factores que pueden dañar la recuperación a través de dos vías: una menor confianza [aumento de la prima de riesgo] y un debilitamiento de las exportaciones, que son las que vienen realizando la mayor aportación favorable al nivel de actividad económica", concluye.