El cada vez más popular cigarrillo electrónico podría tener los días contados, al menos, tal y como lo conocemos hasta ahora. La Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Senado debate esta tarde la regulación y uso de la venta del cigarrillo electrónico recogida en la Ley General para la Defensa de los Consumidores Usuarios.
El proyecto que ha llegado al Senado, y que cuenta con el beneplácito del sector, recoge la prohibición del consumo de estos dispositivos en centros de la Administración Pública, centros sanitarios, centros docentes y formativos, salvo en los espacios al aire libre de las universidades. De aprobarse esta normativa, los cigarrillos electrónicos tampoco se podrán usar en los medios de transporte público, en los recintos de los parques infantiles o en las áreas de juegos para menores. Esta propuesta, incluida en la Ley General de Consumo y acorde a la normativa europea en la materia fue acordada en una enmienda transaccional pactada entre PP, PSOE y CiU.
Durante esta tarde se debatirán varias enmiendas encaminadas a regular el cigarrillo electrónico. El PSOE pretende ir más allá. Una de sus 60 enmiendas presentadas pasa por equiparar el cigarrillo electrónico con el tabaco tradicional, algo que cambiaría al 100% la concepción del producto. En este sentido, el sector considera que una regulación diferente a la aprobada en el Congreso de los Diputados "pone a la Ley del lado de las tabacaleras y las farmacéuticas y nos deja desamparados a los más débiles".
Manuel Muñoz, presidente de la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico (ANCE) advierte que "un paso en falso en la regulación de este producto socavará de por vida a las pequeñas y medianas empresas que componen el sector y que generan empleo y riqueza en este momento en España, entregará en bandeja el sector a las grandes tabacaleras y allanará el camino a las poderosas farmacéuticas en su lucha para acabar con el producto".
La patronal del sector apoya la propuesta que ahora mismo se está debatiendo en el Senado "que es lo que se aprobó en el Congreso y lo que ha llegado desde Europa" ya que desde la Comisión comunitaria se acordó regularlo como categoría propia diferente al tabaco tradicional. Fuentes de ANCE han asegurado a Libre Mercado que la propuesta del PSOE va en contra de la regulación europea y se pone del lado de tabacaleras y farmacéuticas. Hay que recordar que el pasado 26 de febrero el Parlamento Europeo aprobó la nueva Directiva, tras años de un cierto vacío legal en el sector, mediante la cual se dotaba al cigarrillo electrónico de un estatus propio, diferente del tabaco y de los productos farmacéuticos.
De hecho, estas mismas fuentes destacan que a medida que ha ido aumentando el uso del cigarrillo electrónico "muchos productos para dejar de fumar están bajando considerablemente sus precios" lo que va en detrimento de las cuentas de las farmacéuticas. "Se están viendo intereses" en favor de estos dos sectores que perjudicarían gravemente a pequeñas empresas como las de los cigarrillos electrónicos.
Por ello, la ANCE pide al Senado en un comunicado "cordura y sensatez" a la hora de regular el uso y la venta del cigarrillo electrónico. Muñoz solicita a los partidos que "regulen el e-cigarrillo con rigor y responsabilidad y no pensando en un puñado de votos tras el intenso lobby ejercido en los últimos días por intereses económicos ocultos". ANCE considera "una contradicción social, legislativa y médica equiparar el cigarrillo electrónico al tabaco y ampliar las restricciones del uso en la hostelería cuando la Directiva claramente normaliza el e-cigarrillo y lo separa del tabaco".
Quieren acabar con los 'falsos mitos'
El año pasado el sector del cigarrillo electrónico registró el mayor crecimiento en España desde la llegada del cigarrillo electrónico: se facturaron un total de 24,6 millones de euros y se registraron más de 3.100 puntos de venta, sin contar los 4.000 estancos que comercializan a día de hoy cigarrillos electrónicos. La patronal del cigarrillo electrónico destaca que el e-cig "no es un producto para dejar de fumar, no tiene propiedades terapéuticas ni ayuda a quitarse el hábito del tabaco".
Es uno de los calificativos que siempre ha acompañado a estos dispositivos pero, "ni es un producto farmacéutico ni es tabaco", algo que quieren dejar claro desde ANCE. En este sentido, la Directiva europea destaca este hecho, reconociendo y regulándolo con un estatus propio, especificado en el artículo 20 donde se especifica las características del cigarrillo electrónico.
La principal diferencia con respecto a los cigarrillos tradicionales se basa en la nicotina. La nicotina que llevan estos productos es nicotina líquida y "se elimina completamente del cuerpo cuando orinamos".
Los cigarrillos electrónicos funcionan de la siguiente manera: tienen una batería que estimula un mini-vaporizador, el cual convierte el líquido contenido en una pequeña cápsula (el cual puede o no llevar nicotina) en vapor, imitando de esta manera el humo de un cigarro. Únicamente lo imita. Al "vapear" no se produce una combustión, como ocurre cuando fumas tabaco, lo que se produce es una condensación. Y el vapor de agua ni molesta, ni contamina ni perjudica a los"vapeadores pasivos".