Pedro Medrano apunta a su abuelo como uno de los principales "culpables" de que se decidiese a iniciar este proyecto. Este ingeniero lleva desde comienzos de este siglo buscando a los propietarios de montes de media España con el fin de recuperar su gestión y convertirlos en un medio de trabajo y riqueza.
Un trabajo que el mismo inició en la Asociación Forestal de Soria y que ha permitido crear, desde su inicio, 47 juntas gestoras con más de 15.000 miembros en toda España. "El monte no era de una sola persona" nos advierte Medrano. Por ello y gracias a la Ley Básica de Montes 43/2003, han podido crear estas Juntas Gestoras. Unas figuras que flexibilizan las posibilidades de gestión de los montes. "Son órganos creados por los copropietarios de un monte con capacidad para administrar y gestionar el monte y sus aprovechamientos forestales, energéticos y mineros en régimen de pro indiviso", explica.
Medrano ha contado a LD cómo surgió la idea y cómo funciona su proyecto, que ha pasado de Soria y Asturias, donde empezó, a desarrollarse en a pueblos de toda España. Incluso, su gestión ha interesado a personas de otros países.
El origen
El ingeniero explica que "el origen de todo esto data de finales del XIX. El estado decidió que era el momento de expropiar los bienes a la manos muertas y a los vecinos de los pueblos no les quedó otra que comprarlos".
Con la emigración del medio rural en los años 60 y 70, el paso de las generaciones y un marco legal que, hasta que se cambió en 2003, hacía imposible la gestión de estos terrenos, los montes estaban en una situación de abandono. Medrano lo vivió en primera persona: "Mi bisabuelo fue uno de los que compraron estos montes con otros vecinos. Mi abuelo sentía rabia porque estuvieran abandonados y desaprovechados".
En el año 2003, "con la Asociación Forestal de Soria, aprovechando que se estaba modificando la Ley de Montes, conseguimos introducir un cambio por el cual se permite que un grupo de personas, descendientes de estos antiguos compradores, puedan adoptar decisiones legítimas para gestionar el monte aunque no estén todos los que en un principio eran sus dueños. Las Juntas Gestoras se crean a petición de un conjunto de más de diez copropietarios que acrediten su condición de causahabientes de los compradores iniciales del monte".
Gracias a ello y junto con Montes de Socios, Medrano lleva más de diez años permitiendo que muchas personas tengan "los papeles" que les acreditan como dueños de estos terrenos. "Barrimos los archivos históricos y reconstruimos el tracto generacional de todo un pueblo".
La noticia de que eran capaces de conocer quienes eran los dueños de los montes corrió como la pólvora: "Nos suele venir buscando gente joven, acompañada de los abuelos, para conseguir esos papeles que les acreditan como propietarios. Curiosamente son los más jóvenes los que están moviendo esta iniciativa".
Medrano nos cuenta que estas personas saben que los montes son suyos pero lo que les falta son "los papeles" que acreditan su propiedad. Así que su función es dárselos y decirles que "efectivamente el monte es vuestro, no es público es privado". Además, "los ponemos en contacto con los otros dueños para que puedan organizarse y crear estas agrupaciones que gestionan el monte".
El término que utilizan es condueño. Como nos explica el ingeniero "además de recuperar tu memoria familiar, que permite saber de dónde vienes, el hacerte dueño de algo, en este caso de un pedazo de monte, te hace sacar lo mejor de ti para que eso esté bien cuidado y sea productivo". Medrano explica que "los ayuntamientos no tienen nada que ver en este proceso, aquellos que tienen derechos en el monte se organizan aparte".
Puesta en valor
Tras poner en contacto a los dueños y organizarse en Juntas Gestoras "lo que hacemos es un análisis de la potencialidad, la puesta en valor del monte y les explicamos cómo pueden sacarle el máximo beneficio. Algo que no es inmediato ya que hay que acometer unas inversiones previas para poder recoger los frutos", explica Medrano. Se dan casos diferentes, en ocasiones "limpiamos pastizales donde se puede instalar un ganadero, realizamos plantaciones, saneamos acebos que se estaban secando y los vendemos como ornamento para Navidad…"
Pero "lo mejor" para este ingeniero es que terrenos que estaban totalmente abandonados comienzan a recuperarse con múltiples beneficios. Destaca dos por encima de cualquier otro: "Los ambientales, porque muchos de ellos estaban en riesgo de incendios de plagas, y también los económicos, importantísimos en estos pueblos. En muchos de ellos, con pocos habitantes, se empieza a generar trabajo y riqueza. Se recupera la capacidad de gestión y empezamos a poner en valor recursos que estaban a punto de desaparecer".
Como nos explica Medrano, por ahora, "el beneficio que sacamos de estos montes no merece la pena repartirlo. Lo que decidimos es que lo que vamos sacando lo reinvertimos en acciones de mejora del propio monte, lo que a su vez va a permitir nuevas acciones para poner en valor estos recursos naturales".
Además, Medrano aclara que "si alguien quiere tener su parte puede iniciar acciones legales". Eso sí, no es una opción muy habitual: "Por ahora, la mayoría deciden seguir invirtiendo el dinero en acciones de mejora", porque lo más urgente ahora "es frenar los años de deterioro y abandono".
Esta iniciativa que comenzó en Soria y en Asturias se ha extendido ya a pueblos de prácticamente toda España. "Parece que funcionó, porque ahora nos llaman y vienen a ver cómo funciona desde otras partes del mundo" cuenta Medrano. "Hacemos posible un modelo de desarrollo local en torno a los montes, que no es una cosa nueva".