Aunque satisfecho por una "modesta recuperación" de la economía europea, que en el caso de España se traducirá en un crecimiento del 1% -el doble de lo vaticinado en anteriores previsiones de la propia Comisión Europea-, el comisario Oli Rehn no afloja la presión sobre España, a la que ha recomendado recortar el gasto en lugar de subir los impuestos. Preguntado por las prometidas bajadas de impuestos del Gobierno, ha advertido, además, que no será fácil hacerlo y pretender, al mismo tiempo, cumplir con los objetivos fiscales marcados por Bruselas.
Las buenas perspectivas llegadas desde la capital comunitaria se basan, fundamentalmente, en que ha mejorado la confianza y se han relajado las condiciones de financiación, factores ambos que han llevado al comisario económico, habitual azote de la austeridad, a añadir a su acostumbrado estribillo –la necesidad de reformas-, la celebración de lo que ha calificado como "datos esperanzadores".
Sin embargo, pese a las halagüeñas previsiones de crecimiento para España (un despegue del 1% este año, y del 1,7% el que viene), en Bruselas no se dan por satisfechos. La fe exhibida por Bruselas en estas últimas previsiones económicas de que España cumplirá con el objetivo comprometido del 5,8% es una buena noticia que el comisario ha llamado a leer con perspectiva. Porque desde el Ejecutivo comunitario han alertado de que serán necesarias más reformas estructurales para evitar el año que viene un desvío presupuestario de más de dos puntos porcentuales (estas estimaciones vaticinan un agujero del 6,5% frente al 4,2% permitido).
Así, convencido de que una "mejora en la confianza y una relajación de las condiciones de financiación" alentarán el crecimiento en España, el Ejecutivo comunitario ha advertido que si el Gobierno no adopta ajustes adicionales para el presupuesto del 2015, el agujero público podría volver a desmandarse, habida cuenta, además, de que a finales del 2014 expiran las subidas temporales de impuestos.
Ante dicho panorama, la rebaja fiscal que el Ejecutivo de Mariano Rajoy barrunta para 2015 se presentaría, por lo menos, difícil. De hecho, el comisario Oli Rehn se ha mojado al presentar como "un desafío" la intención del Gobierno –aunque el finlandés aseguraba hablar de los países de la UE en general- de bajar impuestos y pretender, al tiempo, cumplir con Bruselas. "Es un desafío bajar impuestos y cumplir los objetivos fiscales al mismo tiempo", apuntaba preguntado sobre los anuncios efectuados por el presidente del Gobierno en el Debate del Estado de la Nación. El comisario económico, además, ha advertido de que la mejor fórmula para cumplir con el déficit es "hacerlo a través del recorte del gasto".
La otra cara de los datos
En 2015, todas las economías europeas habrán vuelto a crecer, pero la jerga institucional europea huye de triunfalismos y reitera que las reformas siguen siendo imperativas, sobre todo a la luz de variables como, en el caso de la economía española, la deuda pública y el (de nuevo) excesivo desempleo. Así, por ejemplo, la deuda pública rozará este año el 100% del PIB (98,9%) y en 2015 se elevará hasta el 103,3%.
Con el paro -aunque menor del estimado en anteriores cálculos- en torno al 25% tanto en 2014 (25,7%) como en 2015 (24,6%), tampoco hay lugar para la complacencia. Aunque la evolución es buena respecto a años anteriores, la reducción es lenta.
En todo caso, será la semana que viene cuando Bruselas entre en detalle sobre las medidas concretas anunciadas por el Gobierno. Tras poner la lupa sobre las políticas económicas del Gobierno, el departamento que dirige el comisario Oli Rehn emitirá su análisis sobre los desequilibrios de la economía española.