El conflicto entre Panamá y Sacyr se encuentra en su recta final. Las autoridades del país y el consorcio a cargo de ampliación del Canal que encabeza la empresa española, concluyen hoy las negociaciones para acordar un plan financiero que permita reflotar la construcción del tercer juego de esclusas de vía interoceánica. La ministra Ana Pastor se ha desplazado hasta la capital del país para "mediar" entre ambas partes, aunque con intenciones claras de que Panamá acepte los sobrecostes generados en la obra. La falta de liquidez de Sacyr había paralizado las obras, que podrían se suspendidas mañana si no se alcanzaba un acuerdo.
El embajador de Panamá en España, Roberto Eduardo Arango, ha expresado su optimismo en un desayuno informativo celebrado por Executive Forum en Madrid. "Deseamos que las negociaciones lleguen a buen fin", ha asegurado, emplazando al anuncio oficial que se producirá en unas horas. "Parece que hay buena disposición para el acuerdo", apuntó.
Aunque el diplomático aseguró que"Panamá es un país responsable y hará frente, dentro de los términos del contrato, a los sobrecostes que considere justificables" dejó patente que Panamá "ha lanzado un mensaje claro" que consiste en que "a la hora calcular los costes es preciso afilar bien el lápiz".
Plan B
Arango ha manifestado que "lo más fácil y lógico" es que sea Sacyr quien concluya las obras aunque reconoció que Panamá tiene "un plan b" por si las negociaciones no llegan a buen término. "Es nuestra responsabilidad acabar las obras", indicó, cuyo fin situó en junio de 2015, como estaba previsto.
"El Canal de Panamá tiene que tener las opciones claras sobre la mesa, y saber qué pasa con el 'plan b', por si falla la negociación", reconoció. "El Gobierno tiene que tomar medidas para finalizar el proyecto ante las inversiones previstas por clientes y otros países", aseveró. Durante los últimos días, se había especulado con la posibilidad de que una empresa americana sustituyera a Sacyr en el consorcio, extremo que han confirmado las palabras de Arango, aunque no ha querido dar más detalles.
Arango ha huido de polémicas y se ha mostrado reticente a valorar las palabras del presidente Panameño, Ricardo Martinelli, quien dijo en Davos que la actitud del consorcio liderado por la española Sacyr, "perjudica a la Marca España". Según el diplomático esas declaraciones "iban vinculadas al estilo sorpresivo de negociación en que Sacyr y sus socios apuntaron cómo reclamar los sobrecostes".
"El Gobierno se vio sorprendido por el estilo de reclamación fuera del contexto del procedimiento", indicó Arango, quien destacó las "excelentes relaciones con el Gobierno y el pueblo español"
El Gupc está integrado por la empresa española Sacyr Vallehermoso, la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña Constructora Urbana, S.A. (Cusa). El grupo amenazó con suspender los trabajos en un plazo de 21 días, si la ACP no accede al pago de 1.600 millones de dólares por sobrecostes.