La economía española crecerá a un ritmo del 0,6% en 2014 y del 0,8% en 2015, según el último informe de previsiones económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se ha publicado este martes. Es un crecimiento anémico, que no anticipa una fuerte recuperación, pero superior al que preveía el organismo en octubre del año pasado, cuando pronosticaba un desempeño del 0,2% para este año y del 0,5% para 2015.
A pesar de todo, la apuesta del Fondo ahora mismo sigue siendo inferior a la del Gobierno, que mantiene un pronóstico del 0,7% en 2014 y del 1,2% para el año que viene. Y el panel de previsiones de Funcas va incluso más allá, con un 0,9% previsto para este ejercicio que acaba de comenzar.
Hay que recordar que hace sólo unos días Luis de Guindos anticipaba que en el último trimestre del año la economía española había crecido a una tasa del 0,3%, lo que es un indicio del definitivo comienzo de la recuperación. De hecho, la Comisión Europea, en sus últimas previsiones ha ido más allá y ha planteado una mejora del 1,7% del PIB español para 2015, en lo que supondría la mejor cifra desde el comienzo de la crisis.
La actividad global
En el documento, los expertos del FMI aseguran que la "actividad global se ha reforzado durante la segunda mitad de 2013". Por eso, creen que el crecimiento a escala mundial podría ser ligeramente mejor de lo previsto (en concreto, una décima más de lo planteado en su último documento): su previsión es del 3,7% para este año y del 3,9% para el que viene.
Una vez más, la principal preocupación del Fondo reside en la Eurozona. El informe apunta a que esta región está dando el paso "de la recesión a la recuperación", con un crecimiento esperado del 1% en 2014 y 1,4% en 2015. Eso sí, alerta de que la recuperación es "desigual" y pide a las autoridades (en un mensaje especialmente dirigido al BCE) que "no respondan a las perspectivas de un mayor crecimiento retirando prematuramente las políticas monetarias" en vigor, al menos mientras la inflación continúe controlada y la consolidación fiscal siga la actual senda. En este sentido, el informe apunta que "la elevada deuda, pública y privada, y la fragmentación del sector financiero frenarán la demanda doméstica". En el lado positivo, los autores vaticinan que las exportaciones podrían "contribuir más al crecimiento".
En lo que respecta al resto del mundo, podría decirse que el FMI es moderadamente optimista, aunque tampoco lanza las campanas al vuelo (ya hemos visto que para la cifra global apenas mejora una décima respecto a octubre). Para EEUU, su previsión es de crecimiento del 2,8% en 2014 y del 3,0% en 2015. Esto quiere decir que mejora su apuesta para este año pero empeora la que tenía para el que viene.
En lo que respecta a Japón, su previsión es de un crecimiento del 1,7% del PIB para 2014, pero sólo un 1% para el siguiente ejercicio. Es decir, que el FMI espera que todo lo conseguido con las políticas extraordinarias de estímulo (la famosa Abenomics) apenas sirva para consolidar la mejoría un par de años.
Por su parte, China seguirá manteniendo (si se cumple lo que prevé el informe) un crecimiento robusto, superior al 7% de su PIB. Y el resto de las economías emergentes se situarán por encima del 5%, lo que es una gran noticia, aunque desde el achacoso primer mundo muchas veces no se quiera ver. De hecho, el FMI mantiene su proyección de que la región que más crecerá en el mundo en los próximos dos años es África (6,1% y 5,8%). El continente negro, poco a poco y todavía con muchos obstáculos por delante, sigue dando pasitos que cada vez son más importantes.