Telefónica ha anunciado este viernes que César Alierta y Julio Linares han decidido renunciar de inmediato de sus puestos de consejeros en Telecom Italia y que la compañía estudia iniciar acciones legales tras las decisiones adoptadas recientemente por el Consejo Administrativo de Defensa Económica de Brasil (CADE).
Según ha indicado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Linares ha decidido renunciar, también con carácter inmediato, a su puesto en la lista presentada por TELCO para la potencial reelección del Consejo de Administración de Telecom Italia en la Junta de Accionistas de dicha sociedad, convocada para el próximo 20 de diciembre.
De la misma forma, Telefónica, sin perjuicio de los derechos reconocidos en el Acuerdo de Accionistas de TELCO, ha decidido no ejercitar de momento su derecho a designar o proponer dos consejeros de Telecom Italia.
Asimismo, Telefónica considera que las medidas impuestas a raíz de las decisiones adoptadas por el CADE en su sesión del 4 de diciembre no son razonables.
El pasado lunes, Telefónica comunicó a los supervisores bursátiles español e italiano que no tenía "información oficial completa" sobre las decisiones del organismo antimonopolio brasileño CADE tras el aumento de su participación en Telecom Italia, por lo que aún no podía pronunciarse sobre las medidas que adoptará.
Telefónica indicaba además que tampoco había recibido notificación formal de un procedimiento regulatorio adicional relacionado con el aumento de capital en Telecom Italia realizado en septiembre de este año.
Polémica en Brasil
La semana pasada el órgano antimonopolio de Brasil condicionó la compra por parte de Telefónica del 50% de la operadora de móvil Vivo, acordada en 2010, a la venta de la participación de la empresa que preside César Alierta en el capital de la filial brasileña de la italiana TIM.
Según señaló entonces el organismo se había identificado "un potencial riesgo a la competencia, dado que TIM Brasil (propiedad de Telecom Italia) y Vivo compiten en el mercado y con la operación, una empresa (Telefónica) que tiene participación en TIM pasaría al control absoluto de Vivo".
En el año 2010, Telefónica compró a Portugal Telecom el 50% que aún no controlaba de Vivo, transacción que recibió el visto bueno de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), pero que también necesita el aval del órgano antimonopolio.
El CADE entiende que Telefónica no puede tener una posición de control en los dos operadores brasileños, en Vivo directamente y en TIM de forma indirecta a través de Telecom Italia, por lo que condicionaba su visto bueno a que la española incorpore a Vivo un socio y salga de la operadora italiana.