"No pretendemos hacer predicciones tajantes pero sí estimaciones sobre el futuro". Con estas palabras el presidente de PriceWaterhouseCooppers (PWC), Carlos Mas, ha comenzado la presentación del informe La Economía Española en 2033 elaborado por la consultora.
La publicación del informe ha sido este martes, el mismo día que el ministerio de Empleo ha dado a conocer el dato del paro de noviembre. En ese mes, el número de parados registrados en el Servicio Público de Empleo Estatal (antiguo Inem) bajó en 2.475 desempleados. Se trata de la primera caída que se produce en noviembre desde 1996, cuando se inicia la actual serie histórica. Sin embargo, si se amplía el período a años atrás se observa que se trata del primer descenso en un mes de noviembre desde 1989, hace 24 años.
A pesar de los buenos datos en materia laboral, en España todavía no crea empleo neto (hay menos afiliados que entran a la Seguridad Social de los que salen). Queda ya muy lejos la "euforía" laboral vivida entre los años 2006 y 2007 donde las tasas de paro españolas rondaban el 8%, lo más cerca del pleno empleo que se ha estado desde 1979. En este sentido, el informe de PWC no es nada alentador: el texto revela que España tardará 20 años en recuperar el empleo destruido por la crisis y, al menos, 15 años en reducir el paro al 10%. Incluso en el escenario más optimista, España no tendrá una tasa de paro cercana al 10% antes de 2024.
El invitado estrella a la presentación del informe ha sido el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien ha quitado hierro a estas cifras en declaraciones a los periodistas. "Es una proyección meramente tendencial. Estoy seguro de que si hacemos lo que tenemos que hacer, si seguimos aplicando reformas, iremos recuperando los niveles de renta y de empleo previos a la crisis", ha asegurado. El responsable de Economía ha dicho también que "es posible" cerrar el año sin destrucción de empleo y ha añadido que "en términos interanuales la evolución del empleo es prácticamente positiva, aunque todavía queda mucho por hacer".
"Seremos más ricos que Francia"
El informe revela que, aunque España no recuperará el ritmo de crecimiento previo a la crisis, su economía crecerá en los próximos veinte años por encima de los países del euro. En concreto, el PIB rozará los 1,3 billones dentro de 20 años y tendrá un crecimiento acumulado del 42%, por encima de Alemania (26%), Italia ( 26%) y Francia ( 33%). Sin embargo, la economía española no será capaz de recuperar antes de 2033, el ritmo de crecimiento previo a la crisis y hasta ese año no superará el 2% de media anual.
En el gráfico anterior destaca el potencial de crecimiento de China que habrá multiplicado su economía por tres y en 2020 habrá superado ya a la de EEUU en términos absolutos "si no hay ningún cisne negro", ha dicho el ex ministro socialista de Administraciones Públicas y economista de PWC, Jordi Sevilla. En términos de PIB per cápita, la economía china seguirá en 2033 por debajo de la media europea, mientras que la española superará a la media de la UE (17). "Seremos más ricos que los franceses", ha dicho Sevilla.
Mientras que en 2012, el PIB per cápita de España se situó en 19.575 euros, en 2033 ascenderá a 31.370 euros. Hay que dejar claro que este informe incide en la ralentización del resto de las grandes economías europeas para hacer estas comparativas con España.
Para los expertos uno de los factores que más va a repercutir en el crecimiento del PIB de España es la inversión en capital, sobre todo, en las nuevas tecnologías (innovación, inversión y apertura de empresas). Estas inversiones servirán de motor del crecimiento no por su cantidad, sino porque serán selectivas y productivas.
Otro de los factores que destaca el informe y que va a contribuir al crecimiento de nuestra economía es que, por primera vez, la productividad va a empezar a ser positiva. Uno de los problemas de la economía española es que no es capaz de combinar crecimiento del empleo con crecimiento de productividad. El crecimiento de la renta per cápita de un país requiere que el mismo número de trabajadores sean capaces de producir más y que aumenten la tasa de actividad y de ocupación. Eso no quiere decir que los empleados tengan que trabajar más horas necesariamente. De hecho, en el informe prevén que las jornadas laborales se mantegan y sólo "quizá" que aumenten.
También, a largo plazo jugará un papel esencial la productividad total de los factores, principalmente de la mano de una mayor apertura al comercio exterior y un incremento de la innovación.