El Gobierno ha aprobado este viernes el real decreto ley que permite a la banca española contabilizar como capital principal dentro de sus balances 30.000 millones de euros en créditos fiscales (DTA, por sus siglas en inglés). Estos DTA generan un crédito fiscal a favor de las entidades porque son gastos que han tenido un impacto en los bancos y que no se han podido deducir.
En realidad, son meros apuntes contables que se han generado con el paso de los años. Por lo tanto, es un derecho de cobro que Hacienda reconoce y que pretende compensar en el futuro reduciendo los impuestos que cada ejercicio tienen que liquidar las entidades. La norma del Impuesto de Sociedades permite que las entidades se vayan deduciendo esos gastos en ejercicios posteriores, cuando lleguen los beneficios.
Hasta ahora los bancos habían contabilizado todos estos DTA como capital principal (el que tiene relevancia en las pruebas de estrés). Con la nueva normativa de Basilea III, eso iba a cambiar, por lo que las entidades iban a verse necesitadas de captar nuevo capital en un momento en el que sus balances no están precisamente para tirar cohetes.
Lo aprobado este viernes por el Consejo de Ministros permitirá salvar buena parte de este capital (vamos, seguir contabilizándolo como principal de cara a las pruebas de resistencia). En concreto, 30.000 de los 50.000 millones de DTA que tenían en España. Se hará a través de un aval del Gobierno para el caso de que no pudieran ejecutarse a lo largo de 18 años.
Los DTA que se podrán mantener son los que derivan de provisiones y aportaciones a planes de pensiones, así como los que se derivan de la aplicación de las bases fiscales negativas. Las entidades tienen 18 años de plazo para obtener los beneficios suficientes que les permitan absorber estos créditos fiscales. Si no lo consiguieran, allí entraría el aval del Estado.
De Guindos
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha explicado que estos 30.000 millones representan aproximadamente el 60% del total de DTA que acumula la banca en España, unos 50.000 millones. De Guindos, ha anunciado también que el Banco de España tendrá que aprobar anualmente un programa de supervisión para realizar "al menos" una vez al año test de estrés a la banca española para probar su solvencia.
El Gobierno cree que con este cambio se evitará que la banca española "esté en desventaja frente a sus competidores". El ministro de Economía ha insistido en que "no hay transferencia a la banca, sino solo un cambio contable". Según sus propias palabras, "el impacto en las cuentas públicas, en el corto plazo, es prácticamente inexistente". De Guindos ha reiterado que no se trata de ningún tipo de préstamo, transferencia o ayuda a las entidades.