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Zapatero: "No hubo engaño ni ocultación sobre la crisis. Nada de nada"

El expresidente asegura que siempre contó la verdad: sobre la recesión, las cifras de déficit, los recortes, el cambio en la Constitución...

No reconocer la crisis que se cernía sobre la economía española hasta el verano de 2008 fue "un error", pero "no hubo engaño ni ocultación. En nada de nada". Ésta es la versión de los hechos de su máximo protagonista, José Luis Rodríguez Zapatero, que este martes presentaba en Madrid su libro de memorias, El dilema. 600 días de vértigo.

El expresidente del Gobierno asegura que ha escrito este libro para ofrecer "un testimonio y una explicación", con la "máxima seguridad" de cómo fue aquel año y medio con el que acabó su etapa en la Moncloa. Es decir, desde mayo de 2010, cuando presentó su gran paquete de recortes en el Congreso, a noviembre de 2011, cuando el PSOE perdió las elecciones generales ante el PP de Mariano Rajoy.

La explicación que ofrece Rodríguez Zapatero es que se encontró ante una situación "inédita", que comenzó como una "crisis financiera global", luego se convirtió en una "crisis de la deuda soberana" y acabó convirtiéndose en una recesión como no se recuerda en las últimas décadas. Y en este entorno, él y su Gobierno actuaron, según su versión, con todas las armas a su disposición, teniendo en cuenta las "limitaciones" que asegura que tiene la política "ante la globalización económica".

Reivindicación

Lo cierto es que toda la rueda de prensa ha sido una reivindicación de su política económica desde que llegó a La Moncloa. En su opinión, el Gobierno se vio en medio de un huracán sin precedentes y ante el que sólo pudo reaccionar como lo hizo. Y siempre con la verdad por delante, ha afirmado, una y otra vez, en todos aquellos temas sobre los que se le ha preguntado: reconocimiento de la crisis, rescate, recortes de mayo de 2010, papel de Pedro Solbes, déficit público del año 2011 o reforma de la Constitución. Rodríguez Zapatero no reconoce ningún "engaño ni ocultación, de nada de nada".

Buena parte de las preguntas han versado sobre la famosa polémica acerca de la palabra "crisis". A pesar de que los datos indicaban que desde finales de 2007 la economía española se desaceleraba, Rodríguez Zapatero convocó elecciones para la primavera de 2008 defendiendo sus logros económicos, con carteles que hablaban de "pleno empleo" y vaticinios que situaban a España por encima de Francia o Italia en renta per cápita a corto plazo. Y por supuesto, el término maldito ("crisis") no apareció en su discurso hasta varios meses después de la cita con las urnas.

Ahora, el expresidente asegura que "fue un error", pero que quiso mandar "un mensaje positivo" en un momento en el que todavía se registraban tasas positivas de crecimiento. Eso sí, asegura que "no hubo engaño ni ocultación, de nada de nada", ha remarcado.

Tampoco hubo trampas en lo que respecta al déficit público del año 2011. El Gobierno de Mariano Rajoy ha justificado buena parte de los recortes realizados, especialmente las subidas de impuestos que acometió nada más llegar a Moncloa, en la inesperada cifra de déficit con la que se encontró. Hasta las elecciones generales de aquel año, que se celebraron el 20 de noviembre, la previsión oficial era del 6%; cuando los equipos de Luis de Guindos y Cristóbal Montoro vieron las cifras reales, se percataron de que se iría por encima del 8% (finalmente, tras contabilizar facturas impagadas y ayudas a las cajas, llegó al 9,6%).

En esta cuestión, el expresidente socialista asegura que dieron "todos los datos" que tenían disponibles: "Estuve muy encima del traspaso de poderes. Les dimos los datos de los que disponíamos. Pero que en el último trimestre el déficit se fuera por encima (especialmente por culpa de las comunidades autónomas) no estaba en nuestros datos. Nuestra posición fue de plena colaboración".

Del 'tijeretazo' a la reforma

En la rueda de prensa han salido más cuestiones relacionadas con promesas incumplidas o cambios repentinos de opinión. Especialmente, se han reiterado preguntas sobre las razones por las que aprobó los recortes de mayo de 2010 (el famoso tijeretazo) y sobre el cambio en la Constitución del verano de 2011, por el que se incluía en la Carta Magna el compromiso con el techo de déficit.

Sobre este último tema, Rodríguez Zapatero ha asegurado que "fue una idea personal" y que no fue presionado en este sentido por Alemania o la UE. La idea era generar "confianza, demostrando un compromiso sólido con la estabilidad financiera". Según su versión, la alternativa era hacer "más recortes sociales y laborales", algo a lo que no estaba dispuesto, ha asegurado. No sólo eso, en su opinión esto sí ha sido "una reforma estructural muy importante".

Sobre su permanencia en el Gobierno y la no convocatoria de elecciones en mayo de 2010, cuando realizó los primeros recortes de gasto, el socialista ha asegurado que fue un ejercicio de "responsabilidad política" con su país. En su opinión, forma parte del compromiso que se adquiere cuando se llega al cargo y no habría sido justo pasarle la patata caliente al siguiente.

Por último, Rodríguez Zapatero ha lanzado algunos mensajes (aunque de forma muy sutil, eso es cierto) a Pedro Solbes, Jordi Sevilla o David Taguas, los altos cargos de su Gobierno que ahora lo critican por su política económica durante la segunda legislatura: "Me alegro de que sigan manteniendo la libertad. Hay que intentar rodearse de buenos economistas y aprender siempre".

Quizás es con su exministro de Economía con el que puede intuirse una mayor tensión: "Tengo toda la gratitud para todos los ministros. Es mi manera de entender la política. Pero cada uno tiene su memoria", ha afirmado. Pero también le ha pedido a los periodistas que le dejasen comentar su libro y no el de Solbes, del que ha asegurado que "ya ha hablado bastante" en los últimos días.

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