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España perderá 2,3 millones de potenciales trabajadores la próxima década

El intenso declive demográfico que afronta España impactará con fuerza en la sostenibilidad del llamado Estado del Bienestar.

España podría perder un total de 2,6 millones de personas en los próximos diez años, según la última estimación demográfica del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicada el pasado viernes. La caída de la natalidad a finales de los años 80 y 90, el progresivo envejecimiento de la población y el cambio en el saldo migratorio podrían producir un descenso del 6,5% en el número de habitantes, hasta rondar los 44,1 millones en 2023. Y ello, pese a que dicha proyección tiene en cuenta un ligero incremento en el número de hijos por mujer desde los 1,34 actuales hasta los 1,41.

A este respecto, la Fundación Renacimiento Demográfico señala que, según estos mismos datos, todas las provincias perderán población, a excepción de Almería, Málaga, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Ceuta y Melilla. Barcelona será la provincia que más población perderá durante este período, tanto en téminos absolutos como relativos.

Además, los nacimientos se reducirán en un 25%, pasando de 456.000 en 2013 a menos de 340.000 en 2023, "cifra inferior a la de los niños que nacían a mediados-finales del siglo XVIII en una España con una población inferior en un 75% - 80% a la actual". Como consecuencia, desde 2017 habrá menos nacimientos que muertes, "algo que ya pasa entre los españoles autóctonos", y este saldo negativo crecerá a ritmo acelerado en años subsiguientes, añade la entidad en una nota.

"Las proyecciones de población del INE anticipan una evolución demográfica muy preocupante, al combinarse la salida neta de muchas personas hacia el exterior y un número de fallecimientos que tiende a superar al de nacimientos. Es difícil predecir con exactitud la cuantía de los flujos migratorios futuros desde y hacia España, una vez que superemos la crisis económica. Pero la bajísima tasa de natalidad de España nos aboca, con toda certeza, a un panorama demográfico decadente, similar el previsto, con más muertes que nacimientos, y una sociedad más y más envejecida", advierte.

Este declive demográfico tendrá importantes implicaciones para la sostenibilidad del denominado Estado del Bienestar, especialmente en materia de pensiones, cuyo coste supera ampliamente los 100.000 millones de euros al año. Así, según las previsiones del INE, España habrá pedido en 2023 casi 4,1 millones de personas menores de 65 años respecto a las existentes en 2013, lo que supone una caída del 11%, mientras que el número de personas con 65 años o más crecerá en 1,5 millones (+18%). El porcentaje de población con 65 años o más pasará del 17,7% actual al 22% en 2023, siendo en un tercio de las provincias del 25% o superior.

En concreto, según esta Fundación, España perderá 2,3 millones de personas en edad laboral en los próximos diez años, "merma que habría sido de 3,3 millones sin el retraso en la edad de jubilación de 65 a 67 años". Asimismo, las personas de 25 a 45 años, franja vital para la producción y el consumo, serán 4,4 millones menos (-29%), según estos mismos datos. Al mismo tiempo, el envejecimiento de la población pasará de una media de 42 años en 2013 a 45 en 2023 -en 22 provincias será de 47 años o más-.

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