A lo largo de la crisis, las restricciones financieras han impuesto la necesidad de que las empresas alarguen los pagos en las transacciones que realizan entre ellas. Especialmente en 2009 y los años sucesivos ha sido habitual no sólo una estrepitosa caída de las ventas sino que las que lograban realizarse tardaran mucho en pagarse, o no se pagaran. La media de días de mora se ha incrementado en el último año, en las grandes y micro empresas, y en aquellas ubicadas especialmente en el sur de España.
El problema es que el plazo de pago también es un componente comercial importante a la hora de diferenciarse de la competencia. Y que se alargue el pago por la debilidad financiera de los compradores dificulta que los vendedores puedan usarlo en su camino hacia la internacionalización, ofreciendo facilidades de pago a sus clientes del exterior.
Días de mora
A este respecto, la Cátedra de Cash Management del Instituto de Empresa (IE) ha calculado recientemente los días de mora en las transacciones entre empresas. Los resultados muestran los golpes a la liquidez que soportan las empresas, haciendo que el plazo de pago no descienda de los noventa días, salvo en 2011, y se incremente durante el año pasado, reflejando el empeoramiento de la crisis en 2012..
Todo ello, tristemente, contradice la pretensión de los gobiernos que han querido fijar el número máximo de días de pago en 60 días (incluso en 30 en algunos productos), como si pudieran imponer una realidad económica a golpe de diktat. Además, las estimaciones que se tienen para 2013 y las previsiones para 2014 no apuntan a que cambie este panorama.
Grandes y microempresas, las que más tardan
El tamaño de las empresas influye también en el número de días en las que se realizan los pagos a los proveedores después de adquirir la mercancía:
La gran empresa es la que más retrasa sus pagos. Es decir, logra financiar su actividad hasta con 24 días adicionales. Lo contrario que las pequeñas empresas, que están seis días por debajo de la media nacional. Pero el tamaño no es definitivo, pues la micro empresa, más por razones de sus duras condiciones de vida que por importancia o poder de negociación, es la segunda que más tarda en pagar. Una tendencia que se incrementó el año pasado.
Empeoramiento
Todos los sectores analizados empeoraron en 2012 con respecto al año anterior, especialmente la construcción, en el que el retraso en el pago de las facturas se incrementó casi un 8%. Tanto la industria como el comercio empeoraron casi un 5% mientras que la agricultura se mantuvo casi igual.
Por regiones: división norte-sur
Finalmente, la ubicación de la empresa también juega un papel destacado. Una empresa situada en Andalucía tarda, por término medio, más de un mes en pagar que una situada en Navarra. Una muestra más del tejido productivo y la cultura empresarial en el que están inmersas las empresas en función de su localización geográfica.
En todas las comunidades empeoró el plazo de pago a proveedores, a excepción del País Vasco, en el que se mantiene estable. Se aprecia una división entre el norte y el sur de España. Si bien sorprende la posición de la Comunidad de Madrid, que está entre las áreas geográficas en las que más se tarda en pagar, e igualmente la Comunidad de Valencia, que, a pesar de tener un gran peso de la construcción, parece que el resto de sectores contrarresten este efecto y la sitúen por debajo la media nacional.
En opinión de los investigadores del IE, aquellas comunidades con un fuerte peso del tejido empresarial, como Cataluña, Valencia o País Vasco han logrado mantener el plazo de pago. Navarra, con un sistema productivo muy maduro, capitalizado y orientado a la exportación presenta los plazos más reducidos.