El primer ministro irlandés, Enda Kenny, anunció hoy que el Gobierno abandonará el rescate de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) el próximo 15 de diciembre sin necesidad de solicitar ayuda económica adicional.
En una intervención ante el Parlamento de Dublín, Kenny aseguró que esta es la "decisión correcta" para Irlanda tras aplicar con éxito los contenidos del programa de ayuda solicitado en 2010 a la UE y el FMI por 85.000 millones de euros.
La troika que forman la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI certificó el pasado octubre, en su última revisión trimestral, los progresos efectuados por Irlanda para cumplir con los objetivos del rescate y dio luz verde para que Dublín lo abandone el próximo mes.
"Saldremos del rescate en una posición fuerte. El Gobierno se ha estado preparando para regresar con normalidad a los mercados de deuda", señaló el "Taoiseach" (primer ministro).
Desde su regreso a los mercados en julio de 2012, Irlanda ha logrado financiación alternativa al programa de ayuda a unos intereses razonables, lo que le ha permitido acumular una reserva de unos 25.000 millones de euros para hacer frente a imprevistos. Según el Ministerio irlandés de Finanzas, con esta cantidad se cubren todas la necesidades económicas del país hasta principios de 2015.
En consecuencia, el Gobierno ha decido rechazar lo que llama "línea de crédito preventiva", que podría haber sido concedida a cambio de ciertas condiciones y que, para algunos, significaría que Irlanda volvería a estar sometida a los dictados de organismos internacionales.
"Vamos a iniciar un camino hacia un futuro económico más brillante para nuestra gente, un viaje desde el desempleo masivo hasta el pleno empleo, desde la emigración forzosa al regreso de miles de personas que se fueron a otros países para encontrar trabajo", dijo Kenny.
El dirigente conservador advirtió, no obstante, de que esta decisión no significa que el país volverá a nadar en la abundancia ya que los "retos económicos" permanecen en pie, lo que augura más austeridad para los próximos años.