Los hábitos de inversión de los ahorradores españoles difieren de los que practican otros países de la UE. Tal y como recoge un reciente estudio de Inverco los españoles suelen invertir en activos reales (vivienda) frente a otras opciones como la renta variable, fondos de inversión o fondos de pensiones, como hacen otros europeos. Además, este y otros informes destacan los escasos conocimientos financieros de los españoles.
Ya sea depósitos bancarios, acciones de renta variable, fondos de inversión, fondos de pensiones o bonos soberanos de renta fija, hay algunos consejos que numerosos inversores y analistas llevan tienen grabados a fuego cada vez que se enfrentan a una decisión de inversión. Varios analistas y colaboradores de cabecera del grupo Libertad Digital para asuntos de inversión ofrecen sus consejos, el "ABC" de la inversión que, a su parecer, debe seguir todo aquel que quiera lanzarse a rentabilizar sus ahorros en el mercado.
Raquel Merino, profesora del OMMA
Uno de los primeros consejos que conviene dar a la hora de invertir en bolsa es mantener la sangre fría, huyendo de los comportamientos de manada o movimientos de maasas. Es decir, no dejarnos llevar por el impulso de invertir allí donde lo hace todo el mundo en un momento determinado.
El refrán español "Zapatero a tus zapatos" puede darnos otra clave. Es positivo especializarse en sectores y empresas que entren dentro de nuestro "círculo de competencia". Un consejo que han dado inversores de éxito como Philip Arthur Fisher o Warren Buffett. Casi todas las personas, por su especialización laboral o pasiones personales, es muy capaz de entender bien las claves de un sector (y sus empresas). Aprovéchese de lo que trae sabido de casa.
Estar mentalmente preparado para lo peor. De muchos es conocida la frase de Buffett aconsejando no invertir en el mercado "si no estás preparado para ver caer tu inversión un 50% sin entrar en pánico". Si el miedo, la codicia y las ansias te pueden, mejor no pierdas ni un segundo.
Hugo Ferrer fundador de inBestia.com
Para empezar, debemos conocer la historia. Es decir, los inversores caen presa de la actualidad y tienden a pensar que lo que ocurre en el presente es excepcional. La historia te enseña que no hay nada nuevo en Wall Street y que lo que sucedió antes volverá a suceder. Un pez no tiene memoria, por eso no sabe invertir. Un ser humano con buena memoria es el mejor inversor.
Es muy importante leer libros. Por suerte, muchos de los mejores gestores de todos los tiempos han escrito libros, han dado entrevistas o han plasmado de alguna manera sus pensamientos. Hay que leer a los mejores. Una insaciable curiosidad es el camino más corto para hacerlo bien en el mercado. No hay mejor manera para formarse y conocer la historia que leyendo.
Una vez delante de las pantallas, un consejo básico es comprar cuando hay una discrepancia entre lo que el mercado cotiza y la realidad macroeconómica subyacente. Las mejores oportunidades inversoras llegan cuando el público se encuentra muy pesimista por un retroceso reciente del mercado y, sin embargo, la situación macroeconómica no indica que el retroceso esté justificado. Lo mismo se puede aplicar para vender pero con el razonamiento inverso.
Juan Ramón Rallo, director del Instituto Juan de Mariana
Para aquellos que aún no sepan cuál debe ser su volumen de ahorro ideal, una cifra puede ser, como mínimo un 10% de su renta anual. De esta manera es más fácil comenzar a prepararse el futuro.
En segundo lugar, es primordial invertir siempre con la mirada puesta en el largo plazo. Los inversores que logran quitarse de la cabeza los conocidos pelotazos del corto plazo son los que logran más éxito en sus inversiones.
Por último, hay que buscar siempre compañías de calidad, que coticen a precios de saldo y con un modelo de negocio fácil de entender y donde se detecten ventajas competitivas perdurables. En muchas ocasiones, es preferible buscar profesionales que sigan este método de inversión antes que arriesgarse uno mismo por cuenta propia. Existen muchos profesionales con un histórico de más de quince años de rentabilidades por encima de la media y en los que se puede confiar.
Rafael Paz, analista de inBestia
En primer lugar, conviene olvidarse de qué está de moda. Por ejemplo, ser cauto con la salida a bolsa de Twitter o del fabricante de coches eléctricos Tesla. En caso de que la crisis de deuda repunte, siempre será preferible tener nuestros ahorros invertidos en compañías cuyos ingresos sean recurrentes y predecibles. Es decir, por ejemplo, una pequeña o mediana compañía (small-medium cap en el argot) cuyo negocio nos sea familiar, cercano o que podamos entenderlo.
En segundo lugar debemos pensar siempre en neto no en bruto. Siguiendo con los ejemplos, Si Zardoya Otis ha subido un 2% y usted es accionista, no concluya que sus beneficios también se han incrementado un 2%. Tenga siempre en cuenta los corretajes de intermediarios -brokers-, tasas de mercado -como el canon de la bolsa española- e impuestos -Montoro siempre reclamará su parte-.
En tercer lugar, es conveniente mantener la cabeza fría y los pies calientes. El consejo más fácil de dar y el más complicado de cumplir. ¿Cuanto puede permitirse perder? La sobreexposición a noticias financieras puede causar la pérdida de contacto con la realidad, y es en ese momento cuando la inversión en Bolsa se convierte en un auténtico casino.