La ruina de la gestión política va más allá de las administraciones o determinados entes públicos, como las televisiones, ya que alcanza de lleno a sus propios partidos. El último informe de fiscalización elaborado por el Tribunal de Cuentas advierte de que un total de 17 formaciones registraban un patrimonio neto negativo en 2011, es decir, se encontraban en situación de quiebra técnica ya que el valor de sus pasivos (lo que debe) superaba al de sus sus activos (lo que tiene). En concreto, su agujero patrimonial ascendía a casi 46 millones de euros.
Por ello, el organismo señala que "deberán ajustar sus actividades económicas con objeto de alcanzar el necesario reequilibrio patrimonial". Y ello, pese a que el conjunto de partidos recibió un total de 316 millones de euros en subvenciones públicas durante ese ejercicio. De hecho, el número de formaciones en problemas ha crecido en los últimos años, al pasar de 10 en 2009 a 13 en 2010 y un total de 17 en 2011 -último año fiscalizado-, tal y como recoge la siguiente tabla.
El informe del organismo, que corresponde al período 2009-2011, incluye la fiscalización de un total de formaciones que han sido perceptoras, directa o indirectamente, de subvenciones públicas para su funcionamiento ordinario, con el objetivo de verificar el cumplimiento de las obligaciones legales aplicables a los recursos públicos y privados de los partidos. Así pues, casi el 60% de las formaciones analizadas está en situación de quiebra técnica debido a sus elevados números rojos.
En este ámbito destaca muy especialmente el agujero de los nacionalistas catalanes: CiU, la coalición que lidera Artur Mas, registraba un patrimonio neto negativo de 10,2 millones de euros en 2011, a lo que cabe sumar un desequilibrio extra de otros 11,3 millones en Unió Democrática de Catalunya, la formación de Josep Antoni Duran i Lleida. En total, un desajuste de 21,5 millones, casi la mitad del agujero global de los partidos.
Por el contrario, PP y PSOE, los principales partidos del país, se salvan. Los populares registraron un beneficio de 2,19 millones en 2011, mientras que los socialistas ganaron 7,4 millones.