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España tiene los mismos ocupados que hace once años

El paro se reduce, pero sólo en parte por la creación de empleo. Hay 370.000 activos menos que hace un año.

El paro se reduce, pero sólo en parte por la creación de empleo. Hay 370.000 activos menos que hace un año.

El paro ha caído en España, entre julio y septiembre de este año, en unas 72.800 personas, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicaba este jueves. Con casi seis millones de desempleados, cualquier cambio de tendencia debe ser bienvenido. Teniendo en cuenta que es la primera vez desde 2007 que se consigue reducir el paro entre el segundo y el tercer trimestre, los datos son incluso para celebrarlos.

El problema es que, aunque algunas cifras puedan considerarse positivas, la EPA mantiene algunas tendencias muy preocupantes para la economía española. No se está consiguiendo crear empleo neto con fuerza. Sí, cae el paro, pero al mismo tiempo lo hacen la ocupación y la actividad. Podría decirse que se ha detenido la sangría, pero el enfermo no se recupera.

Los datos, por partes

Cuando alguien escucha es que el paro ha caído en 72.800 personas, lo normal es que piense que se ha creado ese número de puestos de trabajo. Pues no. En realidad, lo que ocurre es que hay 39.500 ocupados más pero al mismo tiempo ha caído el número de activos en 33.300 personas. En realidad, las cifras de este jueves no sorprenden, teniendo en cuenta la evolución reciente de nuestra economía:

  • España tiene unos 46,7 millones de habitantes, de los que 38,1 millones son mayores de 16 años
  • Se dividen en 15,4 millones de inactivos y 22,7 de activos.
  • De estos últimos, 16,8 millones son "ocupados" (tienen un empleo) y 5,9 millones están parados.

Las datos son preocupantes a primera vista. Apenas un 36% de la población trabaja. O lo que es lo mismo, cada español con un empleo sostiene a otros dos compatriotas.

Según las cifras de la EPA, la tasa de actividad para mayores de 16 años es el 60% y del 76% si sacamos de la muestra a los menores de 64 años. Pero cuidado, esto es tasa de actividad; es decir, recoge a la gente que está dentro del mercado laboral, tanto si tiene trabajo como si no lo tiene. En realidad, la tasa de empleo entre los 16 y los 64 años es del 55,53%.

Esta última es una cifra ridícula si se compara con la de los países de nuestro entorno. Por ejemplo, según las cifras de Eurostat, a finales del año 2011 no había ningún otro miembro de la UE-15, excepto Grecia e Italia, con estos datos. En Alemania, por ejemplo, hablamos del 73% de tasa de empleo entre los 16 y los 64 años; en Francia es del 63,8%; y en Holanda del 74,9%.

La tendencia

No sólo las cifras actuales son malas. También es importante ver cómo han ido evolucionando en los últimos años. Por ejemplo, en 2002 había 16.763.100 ocupados, apenas 60.000 menos que en esta última EPA. Han pasado once años y no hemos avanzado casi nada. De hecho, desde el máximo de 20,5 millones de ocupados del tercer trimestre de 2007, se han perdido casi 3,7 millones.

Quizás la demostración más dramática de esta tendencia pueda encontrarse en la cifra de activos, que ha caído en los últimos dos años, en una situación casi sin parangón en la historia moderna. Así, mientras que en 2011 había 23,1 millones de personas que formaban parte del mercado laboral español, ahora hay sólo 22,7 millones.

¿Y quiénes se han ido? Pues es difícil saberlo. La intuición apunta a que se dividen entre inmigrantes que llegaron en los años de la burbuja y se han ido cuando han visto que la crisis se eternizaba; otra parte corresponde a españoles que no entran al mercado laboral como sí hacían anteriormente, bien porque siguen estudiando o porque salen a buscarse las habichuelas al extranjero; y por último, están los que directamente dejan de buscar trabajo porque sienten que no lo encontrarán (vamos, desánimo puro y duro). Sea cual sea el reparto de estas 400.000 personas, es muy preocupante para una economía perder fuerza laboral.

Además, hay que tener en cuenta que, por mucho que hayan subido los sueldos o la productividad desde 2002, también lo ha hecho el número de habitantes. Es decir, hay 16 millones de ocupados, como hace once años, pero hay mucha más gente que sostener. Por ejemplo, los pensionistas de la Seguridad Social han pasado de 7,2 a 8,3 millones en esta década. Y la población total ha pasado de 41 a 46,7 millones en estos años. O dicho de otra forma, el mismo número de trabajadores, pero 5,7 millones más de habitantes. Es muy difícil para cualquier país, sostener estas cifras.

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