Correos está negociando la eventual compra del servicio postal portugués con el objetivo de, en unos meses, "tener presencia en un Correos Ibérico que abarque toda la península", según ha avanzado el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Ramón Aguirre,
En paralelo a esta operación, las prioridades de la sociedad postal pública para el próximo ejercicio pasan por "abrir fronteras" en su actividad y por modernizarse tecnológicamente para adaptarse a la desaparición de la carta como "elemento de comunicaciones" y sustituir esta línea de trabajo por otros nichos de negocio.
Durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, el presidente de SEPI ha recordado que Correos "está inmersa en un proceso de ajuste" pactado con los sindicatos que permitirá que este año se puedan cancelar 518 millones de euros de deuda del servicio público universal postal "arrastrada de ejercicios anteriores", según informa Europa Press.
En total, a final de 2014 se habrá amortizado la "mochila de deuda" de 700 millones por dicho concepto con que comenzó la Legislatura, una decisión de la que Aguirre está "muy satisfecho".
En paralelo, la compañía ha afrontado una reducción de 400 millones de euros en los gastos de explotación del grupo y se ha reducido la plantilla en 7.000 trabajadores "de forma pactada con los sindicatos" a través de las bajas no sustituidas. La empresa también ha acordado con los agentes sociales "la consolidación de temporales de cara a 2014".
"Ni un sólo plan de privatización"
En cualquier caso, Aguirre ha asegurado que tras estos procesos se escondan planes de privatización. "Ni un solo plan de privatización para el grupo Correos", ha insistido.
También ha expresado su disconformidad ante la sanción impuesta a la empresa por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) al operador postal público por abuso de posición dominante, aunque respeta el fallo.
Asimismo, ha reconocido que no le "cabe en la cabeza" cómo Unipost puede haber ganado sendos concursos públicos de la Seguridad Social y de la Agencia Tributaria, respectivamente, pese a haber sido sancionada en el pasado por no tener capacidad suficiente para prestar el servicio.
"Pero la mesa de contratación le ha adjudicado el contrato y yo no puedo decir nada. No me cabe en la cabeza cómo, después de haber sido sancionada por no tener el tamaño suficiente para prestar el servicio, le vuelven a contratar, pero yo no soy la mesa de contratación. Habrá que hablar con Correos para que afine cada vez más cómo se plantean esos concursos", ha concluido.