El pasado julio, la ciudad de Detroit declaraba la mayor bancarrota municipal de EEUU. La noticia no sorprendía a nadie, ya que la cuna de la industria automovilística estadounidense llevaba años agonizando. Una deuda creciente y una población cada vez más menguada en medio de una grave crisis industrial han sido los ingredientes que han fraguado la decadencia y bancarrota de esta urbe,
Entre los años 70 y 80, la ruina empezó a llegar a esta ciudad del estado de Michigan. Al mismo tiempo que la industria comenzaba a flaquear y se perdían puestos de trabajo, la heroína y el crack estaban en su pleno apogeo en las calles. Pronto, la delincuencia, la corrupción política y el paro se instalaron en Detroit.
Durante esos años, fue denominada en varias ocasiones La ciudad de los incendios. En 1984, se declararon más de 800 incendios en viviendas por el centro de la ciudad, lo que abrumó a los bomberos. Estos incendios provocados por pirómanos y vándalos degradaron la imagen de la ciudad y dejaron cientos de viviendas vacías. Esas casas abandonadas eran utilizadas para vender drogas.
Más de veinte años después, la situación, lejos de solucionarse, se ha agravado, convirtiendo a Detroit en la ciudad con mayor tasa de fuegos per cápita del planeta. Estallan 30 incendios al día, de los que el 95% son provocados. La crisis que vive la ciudad, que ha perdido más de un millón de habitantes en los últimos años, ha dejado una imagen desoladora de muchos barrios, que se han convertido en el campo de juego de pirómanos y vándalos.
Detroit tiene una deuda de 19.000 millones de dólares y ni siquiera puede pagar el papel higiénico de las estaciones de bomberos, que han visto cómo su presupuesto se reducía en un 20% los últimos 12 meses.
El departamento de bomberos sospecha que cada año arden hasta 5.000 viviendas y locales como consecuencia de los fuegos provocados, según cuenta idealistanews. Sin embargo, oficialmente sólo 562 incidentes se consideraron intencionados en 2012. La razón: una ciudad en la que hay 30 incendios diarios, únicamente cuenta con 12 investigadores especializados. Los cineastas Tom Putnam y Brenna Sanchez han querido plasmar en su documental 'Burn', un testimonio en primera persona de cómo los bomberos de la ciudad combaten la reciente escalada de incendios provocados.