El Banco Central Europeo (BCE) advertía recientemente de que España tendrá serios problemas para cumplir con el objetivo de déficit público impuesto por Bruselas, fijado en el 6,5% del PIB en 2013, si no adopta nuevas medidas de ajuste. Y el problema es que el organismo monetario no anda desencaminado, a la vista de los datos preliminares de ejecución presupuestaria publicados este martes por el Ministerio de Hacienda.
Gobierno central, comunidades autónomas y Seguridad Social acumularon un agujero fiscal de 41.407 millones de euros durante el primer semestre, equivalente al 4,02% del PIB, en términos de Protocolo de Déficit Excesivo (PDE, la metodología válida para Eurostat). El volumen de ingresos públicos se situó en 160.199 millones frente a un gasto total de 201.606 millones. Y ello, excluyendo las cuentas de las corporaciones locales, ya que todavía no están disponibles, aunque se prevé que cierren el ejercicio en equilibrio presupuestario (déficit cero).
Lo relevante, sin embargo, no estriba tanto en el dato anual como en la ejecución realmente efectuada hasta el momento. Y es que, esos 41.407 millones de desfase entre ingresos y gastos equivalen a un déficit del 8% sobre el PIB acumulado hasta el pasado junio -511.736 millones de euros, según el Instituto Nacional de Estadística (INE)-. Es decir, en caso de mantenerse la actual tendencia hasta finales de 2013, España se desviará 1,5 puntos respecto al objetivo marcado por Bruselas para todo el año (6,5% del PIB).
Hacienda siempre presenta la cifra del déficit en función del PIB anual, pero éste es una mera estimación por parte del Gobierno. De este modo, el déficit varía si, finalmente, no se cumplen las previsiones oficiales de crecimiento. Para este 2013, por ejemplo, Hacienda confía en que España cierre el año con un PIB total de 1,03 billones de euros, pero lo único cierto es que asciende a 511.736 millones hasta el pasado junio, último dato publicado por el INE, con lo que el déficit ronda el 8% del PIB semestral.
Se trata de un desequilibrio fiscal muy similar al registrado en el primer semestre de 2012. En concreto, el sector público acumuló un déficit de 46.434 millones de euros durante dicho período, equivalente al 8,9% sobre el PIB semestral (518.574 millones, según la última actualización del INE). Esta cifra es resultado de unos ingresos de 172.761 millones de euros y un volumen de gasto de 219.195 millones. En este caso, se incluyen las cuentas de las corporaciones locales y parte del rescate bancario aplicado el pasado ejercicio, por lo que este déficit no es estrictamente comparable al del primer semestre de 2013 (excluye corporaciones locales y ayudas bancarias), pero refleja la preocupante evolución presupuestaria que está teniendo lugar durante el presente ejercicio a la espera de observar los datos definitivos.
De hecho, hasta junio de 2012 se contabilizaron como déficit algo más de 5.000 millones de euros en ayudas financieras, con lo que España acaba de registrar en el primer semestre un agujero fiscal casi idéntico al del mismo período del pasado año (en torno a 41.000 millones), y ligeramente inferior al de la primera mitad de 2010 y 2011.
En este sentido, cabe recordar que España cerró el pasado año con un déficit público total de 111.641 millones de euros, equivalente al 10,85% del PIB, tras la última revisión estadística efectuada por el INE (PIB total de 1,029 billones de euros en 2012), resultado de unos ingresos de 382.044 millones y un volumen de gasto de 493.685 millones. Este desajuste incluye la factura del rescate bancario, por un importe total de 38.343 millones (3,72% del PIB), con lo que el agujero estrictamente presupuestario se situó en 73.298 millones (excluyendo ayudas financieras), equivalente al 7,12% del PIB, frente al objetivo del 6,3% marcado por Bruselas. Y ello, después de aplicar un ajuste no previsto a finales de 2012, con nuevos recortes de gasto, como la eliminación de la paga extra a los empleados públicos, y aumentos extra de impuestos, como la subida del IVA.
Según las propias estimaciones de Hacienda, España debería recortar el déficit en unos 6.300 millones de euros a lo largo de este año para cumplir con Bruselas, alcanzando así la meta del 6,5% del PIB (casi 67.000 millones de euros). Sin embargo, la ejecución del primer semestre muestra un elevado riesgo de desviación en caso de mantenerse la actual tendencia. De hecho, hasta el pasado julio, Gobierno central, CCAA y Seguridad Social acumularon un agujero de 54.293 millones (5,27% del PIB anual), con lo que el sector público apenas cuenta con un margen de 12.000 millones de aquí a finales de diciembre para no rebasar el umbral impuesto por Bruselas.
La deuda más elevada del siglo
Mientras, la deuda del conjunto de las administraciones públicas alcanzó los 947.184 millones de euros hasta julio, tras crecer en un mes en 4.426 millones de euros, con lo que el peso del endeudamiento público sobre el PIB escala al 92,6%, según datos del Banco de España. De esta forma, la deuda supera en un punto las previsiones del Gobierno para todo el año (91,6%).
Además, se trata de un nuevo récord histórico. En concreto, España registra el mayor endeudamiento público del último siglo, ya que habría que retroceder a 1909 para encontrar un nivel mayor al actual (101% del PIB), según los datos recopilados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).