El Gobierno de la Comunidad Valenciana externalizará la gestión del macrocomplejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en el que gastó 1.300 millones de euros, casi 1.000 millones de dinero público más de lo presupuestado. El consejero de Economía, Industria, Turismo y Empleo, Máximo Buch, anunció el pasado viernes que espera que un operador externo gestione el complejo, a excepción del Palau de les Arts, a partir del verano de 2014 "con el fin de aumentar la atracción turística y cultural" de estas instalaciones.
El objetivo de externalizar la gestión integral del complejo es "incrementar el número de visitantes y optimizar su rentabilidad económica", según explicó. Los objetivos que se ha marcado el consejero son aumentar el número de turistas un 20% en 2016 y llegar a un 40% en 2019. Para ello, Buch considera fundamental "trabajar contenidos, espectáculos y la oferta que tiene el complejo". Con esta externalización, pretende "aumentar ingresos para la Generalidad con el fin de amortizar gastos y que se dinamice el turismo y se genere turismo inducido" en la ciudad y en la Comunidad.
La idea es que "haya un solo gestor que se encargue de promocionar el complejo y dotarlo de contenido interesante" para incrementar el número de visitantes. Además, indicó que otro de los objetivos es "generar empleo sostenible, que es lo que marca el presidente Fabra para salir de la crisis. El turismo es un elemento clave para salir de la crisis", agregó.
La Ciudad de las Artes y las Ciencias se inauguró en 1998 y cuatro años después se externalizó con gestión público-privada el Oceanogràfic. "Visto el éxito de esta externalización se ha planteado la gestión del resto de zonas del complejo", indicó el consejero.
1.000 millones más de lo presupuestado
En plena fiebre del ladrillo, a finales de los años 90, la Generalidad Valenciana proyectó el faraónico complejo cultural y lúdico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El macrocomplejo tenía un presupuesto inicial de 308 millones de euros. Sin embargo, el Gobierno de Francisco Camps acabó desembolsando 1.281 millones de euros, lo que supone un gasto extra de casi 1.000 millones de euros de dinero público.
Es llamativo que la ópera, más conocida como el Palau de las Arts, sea el único complejo que el Gobierno valenciano no quiere que sea controlado por una empresa privada. La ópera tuvo un coste de 382,5 millones de euros, una cifra que supera con creces lo presupuestado inicialmente para todo el macroproyecto. Sólo en honorarios, el diseñador del proyecto Santiago Calatrava, cobró 94 millones de euros. Desde 1998 el proyecto ha atraído a 50 millones de visitantes y ha facturado poco más de 478 millones de euros, lo que no cubre, después de más de diez años, ni la mitad de lo que costó.