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Amancio Ortega, Warren Buffet...

El origen humilde de las grandes fortunas del mundo

El capitalismo y el desarrollo del comercio internacional han favorecido que el ingenio y el trabajo se premien.

El capitalismo y el desarrollo del comercio internacional han favorecido que el ingenio y el trabajo se premien.
De pobres a ricos

La voluntad, el esfuerzo, el trabajo y, por supuesto, la perseverancia han llevado a muchas personas de origen humilde a hacer grandes fortunas y convertirse en referentes de la sociedad. El capitalismo y el desarrollo del comercio internacional han favorecido que el ingenio y el trabajo se premien. Fruto de ese ingenio, personas humildes como Amancio Ortega, actualmente el tercer hombre más rico del mundo, han hecho fortuna a partir de una pequeña empresa y mucho trabajo.

Y no es el único caso. Las mayoría de las grandes fortunas de los últimos años son fruto del mérito y el coraje de emprendedores que, lejos de lo que muchos piensan, no recibieron ningún tipo de herencia. Warren Buffet, por ejemplo, es hijo de un corredor de bolsa. Durante su infancia repartía periódicos para ganarse unos ahorros. Su espíritu emprendedor le llevó a crear diferentes negocios. Su vida cambió cuando estudió en Columbia Graduate Business School y recibió las enseñanzas de Benjamin Graham, conocido como el padre de la inversión en valor.

Siendo niño, Ingvar Kamprad, fundador de IKEA, vendía cerillas a sus vecinos y se dio cuenta de que comprándolas al por mayor, aunque las vendiese a precios bajos, obtenía beneficios. En ese momento nació el espíritu IKEA, pero fue un poco más adelante cuando se materializó. El padre de Ingvar le dio algo de dinero por ser buen estudiante y éste lo destinó a iniciar su propio negocio. En 1946 la tienda de muebles más famosa del mundo vendía bolígrafos, marcos de cuadro... Ahora, más de 70 años después, el padre de IKEA se ha retirado con una fortuna de 3.300 millones de dólares. Los que le conocen le definen como una hombre extremadamente austero.

Pero, sin duda, el más claro ejemplo de este éxito es el caso del hombre más rico del mundo. El mexicano de ascendencia libanesa Carlos Slim tiene unos orígenes muy humildes. Su padre emigró con tan sólo 14 años a México. Carlos se tituló como ingeniero civil en la Universidad Nacional Autónoma de México. El brillante estudiante impartía clases mientras estudiaba en la misma universidad álgebra y programación lineal. Desde muy pequeño, comenzó invertir en la compra de negocios en el Centro de Ciudad de México. Inversor de más de 200 empresas, Slim tiene una fortuna valorada en 73.000 millones de euros.

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