El Gobierno continúa subvencionando al sector del automóvil en forma de Plan PIVE. El pasado julio, aprobó la tercera versión de este plan dotada con 70 millones de euros. Las ayudas del programa en esta nueva edición eran similares a las del PIVE 2: 2.000 euros, mil aportados por el Gobierno y los otros mil por las empresas automovilísticas, que se elevarían a 3.000 euros (1.500 por cada parte) para vehículos de más de cinco plazas adquiridos por familias numerosas.
Por su parte, el precio de los automóviles adquiridos no debe superar los 25.000 euros sin IVA (30.000 euros para más de cinco plazas y familias numerosas). El vehículo entregado para el achatarramiento debe ser un turismo de más de diez años o un comercial ligero de más de siete años.
Como ya pasó en las anteriores convocatorias del programa, el PIVE ha generado toda una picaresca. Una vez más, no hay ningún requisito ligado a la duración de la titularidad del coche que hay que entregar para hacer chatarra. Es decir, que se puede utilizar cualquier chatarra inservible que esté a nuestro nombre unas horas antes y acudir al concesionario para entregarla y conseguir la subvención.
El vacío de una norma que obligue a una duración determinada de titularidad del coche que se lleva a achatarrar está provocando todo un mercado de venta de coches inservibles para acceder a las subvenciones públicas. Abundan en las web de segunda mano anuncios como estos en los que una característica es "vehículo ideal para plan PIVE o "exclusivo para PIVE, no para circular". Estos vehículos que en condiciones normales irían a parar al desguace son una oportunidad para que su dueño gane algo de dinero y al que se lo vende se ahorre hasta 3.000 euros.